Hace ya más de 40 años que sigo sus enseñanzas y, hasta hoy, no he dejado de asombrarme con una visión tan certera como clarividente de ver el mundo. Precisamente he podido seguir algunos de sus trabajos y publicaciones, gracias a estas tecnologías que, cuando son bien empleadas, tantos beneficios nos producen.
Quiero hoy dejarles aquí una esencia de su pensamiento sobre complicación y complejidad. Términos que solemos usar como sinónimos pero que son magnitudes absolutamente diferentes.
"La complicación es una magnitud.
"La complicación es una magnitud.
Un objeto puede ser más o menos complicado.
Por tanto,
puedes reducir su complicación troceándolo.
La complejidad es un límite,
un límite epistemológico:
la imposibilidad de abarcar el objeto de estudio,
es decir, de cerrarlo.
Por mucho que se intente marcar su contorno,
siempre quedará abierto.
Es decir,
mantendrá algo fuera.
De nada vale, por tanto,
disecar, trocear un objeto para reducir su complejidad.
Nos ahogamos en un mar de complejidad,
pero también en un vaso de agua.
...
Muchas gracias, querido amigo Pedro, por tus palabras tan afectuosas .
ResponderEliminarNada más gratificante para el profesor que recibir estos ecos de las clases de hace años, y ver cómo se han asimilando y se han hecho experiencia en quienes las seguían. Muchas gracias, con un también afectuoso abrazo.