jueves, 24 de diciembre de 2015

¿A dónde irán los besos que guardamos, que no damos, dónde va ese abrazo si no llegas nunca a darlo?


La publicación de este post, es una reflexión de Miguel Loza Aguirre, que quiere contribuir al propósito de este blog de recoger la aportación de todos aquellos que deseen participar, con su pensamiento, a reflexionar sobre la educación de las personas.

Por otro lado, qué mejor felicitación, ahora y siempre, que un beso y un abrazo. También son importantes los simbólicos que nos podemos dar entre todos los que creemos que educar a la persona es la mejor forma de construir un mundo más humano, justo y pacífico.

FELIZ NAVIDAD A TODAS Y TODOS Y EL MEJOR AÑO POSIBLE 2016.

"Así reza el estribillo de una bonita canción de Víctor Manuel. Y siempre que la oigo me hago, junto al cantor, la misma pregunta, y pienso que no estaría de más que todos nos la hiciéramos porque este mundo no está como para guardarnos besos y esconder abrazos.
Por eso me acuerdo de aquella vez que estaba enfadado. Esos enfados tontos que aunque te lo propongas no eres capaz de recordar ni el porqué, ni el cómo, ni el cuándo. Lo que sí quedó grabado en mi mente fue que te acercaste, como casi siempre que me veías así de estúpido, con un tierno reproche en tu mirada mientras dibujabas un beso en tus labios esperando que mi boca completara el dibujo iniciado en tu sonrisa; y que giré mi cara con una dignidad indigna. ¿A dónde fue ese beso?
Otra vez fui yo el que se acercó pintando en el aire un abrazo de dos brazos que acogen esperando ser acogidos, y esta vez fuiste tú la que te separaste, y mi gesto de afecto cayó al vacío. ¿A dónde fue ese abrazo?
¿Adónde irán los besos que guardamos, que no damos, adónde va ese abrazo si no llegas nunca a darlo?
A veces pienso que tiene que existir un lugar en el cielo al que vayan los besos que no fueron dados, los abrazos que no encontraron a nadie, las caricias que nunca fueron acogidas, las sonrisas que no alegraron, o las lágrimas que no hallaron un regazo donde ser depositadas. Sí, un lugar desde donde atentamente nos observan para poder descender cuando alguien las reclama. Porque... ¿qué es un beso sin nadie para recibirlo, un abrazo en la nada, una caricia sin piel, una sonrisa muda o una lágrima sin consuelo?. Por eso, si te fijas bien, verás, sobre todo cuando el sol se ha ocultado, que la noche es transitada por besos, abrazos, caricias, lágrimas y sonrisas en busca de personas que las necesitan. Y es por esto por lo que se dice que el sueño tiene un efecto reparador, porque es mientras dormimos cuando esas criaturas extrañas de la oscuridad besan al que durante el día no fue querido, abrazan al que no tuvo abrazos, acarician al que tuvo el frío del desamparo, sonríen al que sólo vio tristeza y empapan las lágrimas de quien no tuvo pañuelo humano que las enjugara.
Fue también una noche, después de ver el ajetreo que tenía lugar en el cielo estrellado cuando me pregunté: ¿por qué esperar a mañana, por qué no empezar ahora mismo? Y recuerdo que me dirigí hacia ti buscando el beso que había perdido y que tú, sin decir nada, como si hubieses visto lo mismo que yo, me recibiste en los tuyos con una sonrisa mientras me estrechabas entre tus brazos y nos acariciábamos entre sonrisas. Recuerdo que lloré de felicidad y de rabia por haber tardado tanto en recuperar aquellos objetos perdidos, y de cómo mis lágrimas encontraron un regazo humano, el tuyo, donde poder enjuagarlas.

Desde entonces no se me ocurre ahorrar ningún beso, ni rechazar un abrazo, ni escatimar una caricia, ni dejar de sonreír mientras acojo tus lagrimas en ese pañuelo que desde aquel día llevo en mi corazón."

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Transformar la experiencia en conocimiento.


Estoy convencido de que lograr una práctica docente que permita el éxito, con calidad y equidad, de todos nuestros estudiantes es un objetivo que todos desearíamos alcanzar. Sin embargo recorrer el camino para lograrlo no resulta tan sencillo. ¿Dónde estriba la dificultad?
La razón fundamental es que la tarea de enseñar, cada vez menos, suele depender solo de alguien en particular, aunque la tarea docente individual sea esencial. Así parece que la excelencia docente individual es muy importante, pero para alcanzar altos niveles de éxito en los resultados de todo nuestro alumnado, además, se necesita que los equipos docentes de una institución trabajen de forma coordinada y armónica, que exista una coherencia colectiva en los planteamientos y principios pedagógicos y didácticos. Pues como, seguramente, a todos nos maravilla escuchar la armonía de una orquesta, del mismo modo, podríamos aplicar el símil a los docentes, y al igual que ellos, aunque es importante que seamos buenos solistas, aún es mucho más decisivo para lograr los mejores resultados q ue seamos capaces de interpretar, nuestra tarea docente, como una orquesta bien afinada.
A lo anterior, habría que añadir que el camino hacia la formación permanente como docentes, exige una sistemática reflexión crítica sobre la práctica, individual y colectiva, retroalimentada por el conocimiento y los acuerdos que la comunidad científica internacional ofrezca en cada momento, todo ello con el fin de evitar volver a descubrir la rueda o el Mediterráneo. Sin olvidar que el objetivo es lograr “profesores como intelectuales”, capaces de tomar conciencia y desarrollar una pedagogía crítica del aprendizaje como tan acertadamente nos aporta Guiroux, H. (1990)
Por otro lado, existe bastante coincidencia en que para lograr sistemas educativos de éxito, es necesario atraer y mantener los mejores estudiantes en la profesión docente y formarlos en altas capacidades para lograr autonomía profesional y desarrollar las capacidades y competencias necesarias para trabajar en equipo y desarrollarse como personas y como profesionales. Todo ello con el fin de desarrollar culturas colaborativas entre docentes, creando comunidades profesionales de aprendizaje. Pues coincidimos con Fullan, M. y Hargreaves, D. (2014), cuando afirman que:
“Lo que hemos encontrado en los mejores ejemplos a gran escala son educadores, estudiantes y comunidades que trabajan y luchan juntos para adquirir óptimos resultados y alto rendimiento. Existen muchas fuerzas y barreras que obstaculizan el camino: escasa inversión en capacidad personal y colectiva, interés personal divisorio y autoprotección, culturas tóxicas de individualismo y aislamiento, dinámicas de colegialidad artificiosa y sistemas de compensación con tácticas de “divide y vencerás”, medidas políticas a corto plazo y pura inercia.”


En consecuencia, para transformar la experiencia en conocimiento profesional docente, necesitamos profesores no solo bien formados, sino también comprometidos, individual y colectivamente, que sean una comunidad de aprendizaje profesional para que transformen a diario su experiencia en conocimiento práctico.

lunes, 9 de noviembre de 2015

La jornada escolar en Colombia.


En el siglo XIX, cuando la escuela como institución educativa se extiende y se hace realidad para la sociedad en general, tal y como hoy la conocemos, se establece un tiempo escolar a modo y semejanza de las fábricas, es decir, se establecen una fragmentación de periodos de tiempo de trabajo semejantes a los procesos productivos o cadenas de producción. Aunque, buscando en la historia del tiempo escolar, Recio (2007, p. 3) recuerda que las primeras referencias fueron las normas monacales, especialmente la Regla de San Benito del Siglo XI, y afirma que “Posteriormente, pensadores y educadores protestantes y jesuitas hicieron su contribución”, y menciona que es la Ratio Studiorum (1586) la que se convirtió en el código escolar obligatorio, cuya clave era el empleo del tiempo, más concretamente la hora como unidad base.
La organización del tiempo, pues, respondía al reparto, durante la jornada escolar, de una serie de actividades relacionadas con las materias de estudio y sus correspondientes tareas. Con modelos y variantes de la organización diferentes, pero siempre secuenciados en franjas horarias consecutivas. Así es como se construyó el esquema del horario escolar que ha dominado en general hasta nuestros días.

Por otro lado, podemos decir que hasta mediados del siglo XX,  aproximadamente, el conocimiento y la formación que ofrecían las escuelas y centros de formación de todo tipo eran suficientes para que una persona ejerciera en la profesión que había estudiado y, por tanto, la educación bancaria que criticaba Freire, podía servir para ganarse la vida y pasar con lo necesario sin necesidad de cambio de empleo ni actualizaciones profesionales permanentes. Es decir, el ciclo vital de los humanos duraba menos que la permanencia y vigencia del conocimiento, las herramientas y las prácticas profesionales habituales. Pero la segunda mitad del siglo XX, en parte consecuencia de los descubrimientos bélicos de la Gran Guerra que finalizó. por aquel entonces, manifestó una progresión verdaderamente acelerada en el avance de la ciencia y la tecnología que nos va a deparar un mundo cada vez más global y con un ritmo de cambios, en todos los órdenes de la vida, antes nunca visto, que exigían nuevos modelos organizativos a la escuela, aunque dichos cambios tardarán en operarse en los sistemas educativos pero que, como estamos viendo en estos momentos, ya no parece que puedan prolongarse por mucho más tiempo en llegar a ser realidad. El paso de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento así nos lo exige.

miércoles, 28 de octubre de 2015

La práctica reflexiva.



Desde que di los primeros pasos de mi ejercicio profesional como docente, o quizás antes, cuando trabajé como educador para pagarme los estudios, inicié un camino que no sabía bien a donde me llevaría. Hoy, felizmente jubilado, empiezo a entender el acierto que fue dedicarme a la educación. Pero el camino no siempre fue fácil, pues a los que somos autoexigentes todo nos cuesta más esfuerzo y sacrificio por nuestro afán de perfeccionismo, aunque el resultado final de nuestro esfuerzo no sea siempre tan bueno como nos proponemos, pero, por nuestro modo de ser, no somos capaces de liberarnos de la presión autoimpuesta de tener que hacer lo que en cada momento tengamos entre manos.

En ese camino se leen muchos libros y artículos, se asiste a curso de formación, a conferencias, a congresos, se participa en muchas reuniones dentro y fuera de las instituciones educativas, etc., buscando siempre la respuesta a la eterna pregunta de cómo enseñar, o ser buen docente. Hasta que un día ya vislumbras que no existe una respuesta, que solo la actitud abierta, reflexiva y flexible de trabajo constante y con ética profesional, puede ayudarte a caminar por el sendero acertado. Lo demás se va alcanzando en ese caminar.

Uno de los refugios más importantes que encontré, en mi caso, en ese caminar, es decir en estos años de vida dedicada a la educación, ha sido la lectura, pues, entre otras razones, no siempre me fue fácil encontrar compañeros de viaje dispuestos a investigar y compartir lecturas e inquietudes.  Así pues, en ella iba encontrando, a la vez que me iba revelando, fragmentos de la verdad buscada, al tiempo que, otras lecturas, me desilusionaban y me hacían dudar sobre la calidad de algunas publicaciones y, me hacía pensar, en la necesidad de que alguien debería poner orden, para que determinados textos fueran declarados no necesarios de ser publicados, ni que vieran la luz, ya que su contenido podría ensombrecerla.

Pero hoy precisamente quiero, entre otras razones porque es el último que acabo de leer, traeros unas breves reflexiones sobre un libro que hace una propuesta demasiado interesante para la formación y la comprensión de la tarea docente. Se trata de “La práctica reflexiva” de Angels Domingo y M. Victoria Gómez. Esta obra fruto de una larga investigación, no sola teórica, sino también de puesta en práctica de lo encontrado, que nos ilumina un camino que debería ser uno de los ejes formativos esenciales de los docentes. Pues nos aporta las bases teóricas, los modelos y los instrumentos para iniciarnos y caminar por un sendero que nunca debemos abandonar, si verdaderamente queremos mejorar de manera permanente en el ejercicio de nuestra, cada vez más, compleja profesión, aunque hagamos incursiones por otros vías para retroalimentar nuestra competencia reflexiva que tan clara y bien descrita se encuentra en esta obra. Además pienso y he repetido, quizás en demasiadas ocasiones, que el mejor camino para la formación docente debe basarse en la reflexión crítica sobre la práctica, retroalimentada por el conocimiento que la comunidad científica nos aporta en cada momento sobre la materia. Afortunadamente para este importante aspecto de la formación docente, la Universidad Alfonso X el Sabio, ya la ha incluido como asignatura en sus planes de estudio.

Aunque no voy a tratar de resumir aquí el contenido de este trabajo, sí querría destacar algunos de los que, para mi, son los aspectos esenciales que aportan sus autoras para entender mejor cual debe ser una de las luces imprescindibles que necesitamos para que ilumine el camino de nuestra profesión. Y es que los profesionales de la educación del siglo XXI necesitamos tomar conciencia del mundo del que venimos, es decir tenemos que mirar hacia atrás para caminar hacia adelante y así entender nuestra sociedad, porque conocer nuestro origen nos iluminará para avanzar hacia el futuro, pues necesitamos conocer los cambios y los paradigmas reflexivos de la profesión. Y, todo ello, se nos ofrece con el rigor y la claridad necesarios para ser entendidos y aplicables a la práctica docente.

Igualmente, las autoras, nos revelan como tomar conciencia de las intenciones y motivaciones, personales y ajenas, para actuar profesionalmente, en función de los resultados que buscamos, ya que es una necesidad que todo docente debe manejar para no perderse en el laberinto de los modelos pedagógicos y otras teorías que, a veces, nos pueden distraer de lo que es realmente importante para la escuela.
En definitiva si caminamos hacia la formación del profesional reflexivo que se propone en la obra de la mano de Shön, podemos tener la certeza de que descubriremos nuestro propio camino y que, por fuerte que sean los vientos que soplen, que lo hacen, sabremos encontrar el sendero, y mantener el rumbo, que nos guíe al mejor destino, que es ser docentes reflexivos, conscientes y críticos de nuestra práctica.


Referencia:

Domingo, À., & Serés, M. V. G. (2014). La práctica reflexiva: bases, modelos e instrumentos (Vol. 128). Narcea Ediciones.

domingo, 18 de octubre de 2015

XXX Encuentro Nacional de Directores de Núcleo de Desarrollo Educativo de Colombia.


Estos días, del 12 al 16 de octubre, durante la celebración del XXX Encuentro Nacional de Directores de Núcleo y Supervisores de Colombia, celebrado en la ciudad de Santiago de Cali, he recibido el que ha sido, seguramente, el mayor y más gratificante reconocimiento profesional, todo ello, como consecuencia de la conferencia marco que tuve el privilegio de impartir con el título de “Descentralización con transparencia, liderazgo, calidad y pertinencia.”

Por ello quiero agradecer, en primer lugar, a la Asociación de Directores de Núcleo del Valle del Cauca (ADINUVA), A Sonia Camacho y todo su equipo por haber confiado en mi para reflexionar sobre el lema del encuentro “Descentralización educativa como eje transformador de la calidad educativa en las entidades territoriales”. Ello me permitió compartir mis inquietudes, mi experiencia, mis desvelos y mis reflexiones sobre el mundo y la educación actual, especialmente relacionado con la descentralización de la educación en Colombia.
El reconocimiento más grande ha venido de la mano, no solo de los agradecimientos públicos que la organización hizo de mi intervención, sino también de las muestras de cariño y agradecimiento que he recibido de tantas y tantos participantes en el evento a título personal. Por lo que les estoy inmensamente agradecido.


También quiero agradecer a los Directores de Núcleo del Chocó, por la amable invitación que ya han formalizado para que el próximo año pueda continuar con las reflexiones iniciadas en este encuentro, durante el XXXI Encuentro Nacional de Directores de Núcleo que se celebrará en ese bello departamento. Esperemos poder seguir colaborando en la reflexión para la mejora de la educación de un pueblo que se merece eso y mucho más.


En mi exposición solo pretendía hacer visible que se puede mejorar la educación del país a partir del compromiso y el trabajo, individual  y colectivo, con ética, profesionalidad y dedicación a la que es, sin lugar a dudas, la más noble e importante de las acciones humanas, el crear las mejores condiciones para que todas las niñas y niños colombianos alcancen una educación integral que les haga ser ciudadanos pacíficos, solidarios y comprometidos con el respeto y la dignidad humana.


En estos días estaremos terminando la ponencia escrita para compartirla con todos los interesados.

Se puede seguir el evento y lso comentarios en: https://www.facebook.com/pedro.navarenopinadero?ref=tn_tnmn

Por último, quiero aprovechar para hacer público mi agradecimiento al Instituto Escalae por confiar en mí para ser responsable de implementación del Sistema Escalae de calidad que tiene como misión “la investigación, desarrollo y producción de soluciones para garantizar la mejora continua de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el ámbito de la educación (reglada y universitaria) y de la formación (no reglada y de adultos).” Para más información: http://www.escalae.org