miércoles, 10 de septiembre de 2025

Clave 5: Un currículum basado en la irrenunciabilidad a la esperanza y el logro de un perfil de salida para la ciudadanía glocal crítica.

Amigas y amigos, compartimos la clave 5 de nuestra propuesta. Más necesaria que nunca en un mundo que parece haber perdido el norte, donde la verdad se ha desdibujado del mapa de las relaciones internacionales y humanas, donde el egoísmo y los intereses de todo tipo se anteponen a la esperanza de un mundo mejor. En ese contexto, la escuela debe erigirse como refugio donde sembrar en el corazón de cada niña, niño y joven, una semilla de solidaridad y concordia a prueba de redes sociales y todo tipo de inclemencias, para que pueda desarrollarse y florecer en forma de una ciudadanía crítica, solidaria y pacífica.

Un Currículum para el presente y el futuro: La esperanza como herramienta para la transformación

¿Qué ocurre cuando la educación se convierte en un faro de esperanza, en un mundo lleno de desafíos? La respuesta la encontramos en la Clave 5 de "De la escuela que venimos a la que soñamos", que nos desafía a concebir un currículum más allá de las fronteras de las asignaturas tradicionales. Este capítulo es una invitación a la acción, a construir un modelo educativo que no solo prepare para el presente y el futuro, sino que lo infunda de un propósito claro: la formación de ciudadanos globales críticos, capaces de transformar su realidad local y global.

Este modelo curricular es una necesidad urgente. En un mundo globalizado y en constante cambio, donde las problemáticas ambientales, sociales y económicas se entrelazan, el conocimiento no puede ser una simple acumulación de datos. Es hora de dejar atrás los planes de estudio estáticos y abrazar un enfoque dinámico que desarrolle una ética de la esperanza. Este currículo no oculta las dificultades, sino que las presenta como oportunidades para la acción y la innovación.

Por tener un carácter transversal de la acción educadora y pertenecer a los principios sólidos que sustentan la escuela que soñamos, esta clave se puede poner en práctica en cualquier institución educativa, más allá de su contexto y el sistema educativo en el que esté la escuela.

El libro nos guía para entender que el currículo que realmente necesitamos es uno que moldea un perfil de salida para la ciudadanía global, democrática y crítica. Un currículo que cultive la empatía, el compromiso con los derechos humanos y la justicia social, y que prepare a los estudiantes no para competir, sino, especialmente, para colaborar. Esto implica ir más allá de los contenidos y enfocarse en el desarrollo de las habilidades para el siglo XXI: pensamiento crítico, creatividad, comunicación efectiva y trabajo en equipo. Estas competencias son la clave para que nuestros jóvenes puedan afrontar la complejidad del mundo con resiliencia y liderazgo.

Además, la Clave 5 pone en la mesa un concepto crucial: el currículum oculto. Lo que enseñamos en el aula no es solo lo que está escrito en los libros, sino también lo que transmitimos con nuestras actitudes, valores y la cultura escolar. Cada interacción, cada norma y cada rincón de la escuela son una lección silenciosa que forma la visión del mundo del estudiante. Si queremos formar ciudadanos comprometidos, debemos ser conscientes de este currículo invisible y alinearlo con nuestros objetivos.

El libro no se queda en la teoría; ofrece ejemplos concretos inspirados en referentes de currículos internacionales que ya están implementando este enfoque. Nos muestra que este modelo no es una quimera, sino una realidad palpable. Y lo mejor de todo, incluye un anexo con propuestas para la implementación de esta visión. Esto convierte el libro "De la escuela que venimos a la que soñamos" en una herramienta invaluable para cualquier docente, líder educativo o padre de familia que busque catalizar un cambio significativo.

Este capítulo es un llamado a la acción. Te invita a reflexionar sobre tu propio contexto, a soñar en grande y a tomar las riendas para construir una educación que no solo prepara para el mundo, sino que lo moldea con esperanza, empatía y compromiso.

El libro está disponible en.













lunes, 8 de septiembre de 2025

Clave 4: Liderazgo pedagógico distribuido y vertebrador de la comunidad educativa.

    En esta ocasión les comparto una nueva clave de las diez que configuran "La escuela que soñamos".

Clave 4: Liderazgo pedagógico distribuido y vertebrador de la comunidad educativa I. Necesidad e importancia de un liderazgo pedagógico, transformador y vertebrador de la comunidad educativa

La escuela que soñamos no puede sostenerse sobre liderazgos unipersonales, verticales o centrados únicamente en la gestión administrativa. La transformación educativa requiere un liderazgo pedagógico que coloque el aprendizaje en el corazón de todas las decisiones, y que al mismo tiempo actúe como fuerza vertebradora de la comunidad educativa. Como señalan Fullan y Quinn (2016), un liderazgo de este tipo no es solo dirección, sino una capacidad compartida de orientar, motivar y acompañar el cambio desde dentro.
En contextos marcados por la complejidad y la diversidad, este liderazgo se revela imprescindible para articular propósitos comunes, generar confianza y favorecer la cohesión entre los distintos actores de la escuela: alumnado, profesorado, familias y entorno social.
II. Liderazgo para:
II.1. Construir una visión y liderazgo compartido entre los miembros de la comunidad educativa
Un liderazgo pedagógico eficaz no impone, sino que convoca. Se trata de construir una visión compartida que dé sentido al proyecto educativo, a partir de las aspiraciones, valores y compromisos de la comunidad. Este proceso requiere diálogo, escucha activa y participación real, de modo que cada miembro pueda sentirse corresponsable de la misión colectiva. En palabras de Bolívar (2010), la escuela que aprende necesita de un liderazgo distribuido, capaz de multiplicar voces y generar consensos.
II.2. Fomentar el desarrollo profesional y una cultura de aprendizaje
El liderazgo pedagógico se expresa también en la capacidad de crear condiciones para que el profesorado se desarrolle como comunidad profesional. Implica promover la reflexión conjunta, la investigación sobre la práctica, la formación continua y la colaboración como hábito. Un liderazgo transformador no solo guía, sino que empodera a los docentes para ser líderes en sus aulas y contribuir al crecimiento de la escuela como organización que aprende.
II.3. Promover la implicación de la comunidad educativa en la toma de decisiones
Un liderazgo distribuido abre espacios para que todos los actores tengan voz en la vida escolar. No se trata únicamente de informar a las familias o al alumnado, sino de incluirlos en la toma de decisiones, reconociendo su papel activo en la construcción del proyecto educativo. Este enfoque potencia el sentido de pertenencia y consolida el compromiso colectivo, al tiempo que refuerza la democracia escolar.
III. Anexo. Propuesta para desarrollar un liderazgo pedagógico y distribuido en la escuela
1. Definir una misión y visión compartida, fruto de un proceso participativo de diálogo.
2. Establecer equipos de liderazgo pedagógico, donde docentes, directivos y representantes de la comunidad trabajen de manera colaborativa.
3. Fomentar la formación en liderazgo distribuido para el profesorado, integrando el desarrollo profesional con la práctica cotidiana.
4. Generar estructuras de participación efectiva (consejos, comités, asambleas) donde alumnado y familias intervengan en las decisiones relevantes.
5. Evaluar colectivamente los avances, con dinámicas de retroalimentación que permitan mejorar los procesos de manera continua.
En síntesis, el liderazgo pedagógico distribuido no es una tarea exclusiva de la dirección, sino una forma de vivir la escuela como comunidad de aprendizaje corresponsable, en la que todos tienen algo que aportar. Cuando el liderazgo se comparte, la escuela se fortalece y se convierte en un verdadero motor de transformación social.
Todo esto y mucho más está desarrollado y disponible en el libro: “DE LA ESCUELA QUE VENIMOS A LA QUE SOÑAMOS. EL CRISOL DE LAS EMOCIONES DE UN APRENDIZ DE MAESTRO.” 
Disponible en: 
Link universal: De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.

Parte I:



Parte: II





jueves, 4 de septiembre de 2025

Clave 3: La escuela como una organización que aprende y genera las respuestas que necesita desde dentro.

 


Siguiendo con las claves de la escuela que soñamos, hoy les comparto el resumen de la clave 3.

I. Necesidad e importancia de la escuela como organización que aprende

En un mundo caracterizado por la incertidumbre, la complejidad y el cambio acelerado, la escuela no puede limitarse a reproducir prácticas del pasado. Requiere reinventarse continuamente, generando respuestas pertinentes desde su propio contexto. Peter Senge (1990) ya planteaba que las organizaciones que aprenden son aquellas que desarrollan la capacidad colectiva de adaptarse, innovar y crecer, transformando la experiencia en aprendizaje compartido. La escuela, como institución social clave, necesita asumir este papel para no quedar rezagada y poder ofrecer a sus estudiantes las competencias que demanda la ciudadanía global.

II. La escuela como una organización que aprende

Entender la escuela como organización que aprende significa reconocer que no se trata únicamente de un lugar de transmisión de saberes, sino de un espacio vivo en el que todos sus miembros —docentes, alumnado, familias y comunidad— se comprometen en procesos continuos de reflexión y mejora. Michael Fullan (2002) afirma que las escuelas eficaces son aquellas que convierten el aprendizaje en el núcleo de su cultura institucional, donde el error no se sanciona, sino que se entiende como oportunidad de crecimiento.

III. Características de una escuela como organización que aprende

III.1. Desarrollo y mantenimiento de una visión compartida

La visión compartida constituye el motor que alinea los esfuerzos de la comunidad educativa. No se trata de un eslogan vacío, sino de una construcción colegiada en la que se plasman los sueños, valores y prioridades de la escuela. Una visión inspiradora crea sentido de pertenencia y orienta la toma de decisiones, evitando la dispersión de iniciativas.

III.2. Cultura de aprendizaje: gestión del conocimiento, fomento de la curiosidad y el pensamiento crítico

Una organización que aprende se sostiene sobre una cultura que valora el conocimiento, lo sistematiza y lo comparte. La gestión del conocimiento escolar implica identificar buenas prácticas, documentarlas y transferirlas. Además, cultivar la curiosidad y el pensamiento crítico en docentes y estudiantes permite ir más allá de la repetición, promoviendo la indagación y la creatividad como hábitos intelectuales.

III.3. Desarrollo profesional y colaboración efectiva

El aprendizaje organizativo no es posible sin un compromiso firme con el desarrollo profesional docente. La formación aislada resulta insuficiente; es la colaboración sistemática —a través de comunidades profesionales de aprendizaje, trabajo en redes y proyectos conjuntos— la que genera cambios sostenibles. Hargreaves y Fullan (2014) subrayan que la colaboración auténtica crea capital profesional, entendido como la combinación de conocimientos, habilidades y compromiso moral del profesorado.

IV. Cómo transformar la escuela en una organización que aprende

La transformación exige una estrategia deliberada que combine liderazgo pedagógico, estructuras de colaboración y evaluación continua. El liderazgo debe ser distribuido, generando responsabilidad compartida. Las estructuras colegiadas (equipos docentes, redes, círculos de reflexión) favorecen el aprendizaje colectivo. Finalmente, la evaluación no se concibe como control externo, sino como autorreflexión que orienta la mejora. La clave está en que la escuela asuma la convicción de que tiene dentro de sí los recursos para reinventarse y encontrar desde dentro las soluciones a las dificultades que puedan surgir.

V. Anexo. Plan para transformar la escuela en una organización que aprende

1. Diagnóstico inicial: identificar fortalezas, retos y aprendizajes previos.

2. Construcción de visión compartida: talleres participativos con toda la comunidad educativa.

3. Diseño de estructuras colaborativas: equipos de trabajo por proyectos, comunidades profesionales de aprendizaje.

4. Sistematización de buenas prácticas: documentar experiencias exitosas y difundirlas.

5. Formación continua: programas de desarrollo profesional alineados con la visión.

6. Evaluación y retroalimentación: procesos de autoevaluación periódica y reflexión colegiada.

7. Innovación y sostenibilidad: consolidar una cultura en la que el cambio sea asumido como oportunidad y no como amenaza.

Aprender juntos no es un destino,

es un camino sin final,

un acto de confianza en lo humano,

un pacto con la vida para seguir soñando.

En el libro se desarrollan todos estos contenidos que venimos compartiendo de manera resumida. Y está disponible en: AMAZON.



lunes, 1 de septiembre de 2025

Clave 2. Formación del profesional docente colaborativo para la creación de comunidades de aprendizaje


 
   
La escuela que soñamos es una escuela que aprende. Y solo aprende cuando sus docentes aprenden juntos. Esta segunda clave es una invitación a dejar atrás la soledad profesional y a descubrir la fuerza de lo colectivo. Porque la educación, en su esencia, no es otra cosa que un viaje compartido de búsqueda y transformación.

Clave 2: Formación del profesional docente colaborativo para la creación de comunidades de aprendizaje

La escuela que soñamos no se construye en soledad. Requiere del compromiso, la creatividad y la cooperación de todos los docentes que la habitan. La segunda clave nos invita a mirar más allá de la práctica individual y a descubrir la potencia transformadora de la docencia colaborativa y de las comunidades profesionales de aprendizaje (CPA).

I. Necesidad e importancia de la formación para el desarrollo profesional docente colaborativo.

Durante mucho tiempo, la formación del profesorado se concibió como un proceso individual y fragmentado: cursos aislados, talleres puntuales, lecturas personales. Hoy sabemos, sin embargo, que el verdadero aprendizaje docente ocurre cuando se comparte, se contrasta y se construye en diálogo con otros. Como señala Andy Hargreaves (2003), el aislamiento docente es uno de los mayores obstáculos para la innovación educativa. Formarse de manera colaborativa no es una opción, sino una necesidad para responder a los retos complejos de la enseñanza actual.

II. De la práctica docente individual al aprendizaje para una docencia colaborativa.

El tránsito hacia una docencia colaborativa supone un cambio cultural profundo. Significa pasar de la lógica del “mi clase, mis alumnos, mis problemas” a la conciencia de que educar es siempre una tarea compartida. Implica reconocer que cada docente es responsable no solo de sus estudiantes, sino del proyecto educativo común de toda la escuela.

II.1. En busca de un desarrollo profesional docente colaborativo.

El desarrollo profesional colaborativo se fundamenta en la reflexión conjunta sobre la práctica, en el análisis crítico de evidencias y en la búsqueda compartida de soluciones. Como subraya Michael Fullan (2014), los docentes mejoran más cuando aprenden unos con otros que cuando aprenden de manera aislada. La cooperación genuina se convierte, así, en motor de crecimiento profesional y personal.

II.2. Las Comunidades de aprendizaje.

Las Comunidades de Aprendizaje representan una de las expresiones más sólidas de esta colaboración. No se trata solo de grupos de trabajo, sino de auténticas redes donde se comparten visiones, se negocian significados y se construye conocimiento colectivo. En ellas, el aprendizaje no es exclusivo del profesorado: también participan estudiantes, familias y agentes de la comunidad, ampliando la mirada y enriqueciendo el proceso educativo. Wenger (1998) las definió como espacios donde la práctica se transforma gracias a la interacción social, y esta idea sigue siendo hoy profundamente vigente.

III. Hacia un marco del buen desempeño docente colaborativo.
El docente colaborativo es aquel que escucha, que se deja interpelar por otros y que aporta con generosidad su experiencia al servicio del bien común. El buen desempeño, en este sentido, no se mide únicamente por los logros individuales, sino por la capacidad de generar un clima de cooperación, de aprender con otros y de contribuir al crecimiento de la comunidad educativa. Este marco del desempeño colaborativo exige liderazgo compartido, apertura al cambio y confianza mutua.

IV. Anexo: Propuesta sobre cómo desarrollar y poner en práctica las comunidades profesionales de aprendizaje en la escuela.

Poner en marcha una CPA implica algunos pasos esenciales:
1. Construir una visión compartida sobre el propósito de la colaboración.
2. Establecer espacios y tiempos regulares para el encuentro y la reflexión docente.
3. Trabajar sobre evidencias reales: observación de clases, resultados de aprendizaje, experiencias innovadoras.
4. Generar acuerdos colectivos que se traduzcan en mejoras visibles en la práctica.
5. Evaluar y ajustar continuamente el proceso, celebrando los logros y aprendiendo de las dificultades.

 

lunes, 25 de agosto de 2025

Clave 1: La escuela como espacio para el cuidado, el bienestar de las personas y la convivencia positiva.

 


Clave 1 del libro "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro."Clave 1: La escuela como espacio para el cuidado, el bienestar de las personas y la convivencia positiva

Imagina una escuela donde cada rincón respira calma, donde las sonrisas son genuinas y donde las palabras de aliento son el eco constante. ¿Suena a un sueño? No lo es. Es la escuela que podemos construir juntos si aceptamos la primera clave como una llamada a transformar nuestras instituciones educativas en verdaderos espacios de cuidado, bienestar y convivencia positiva. No se trata de una utopía, sino de una hoja de ruta para el cambio, un cambio que comienza en cada uno de nosotros.

II.1. La práctica de la ética del cuidado y la convivencia positiva

La escuela, en su esencia, es un microcosmos de la sociedad. Si anhelamos un futuro más empático y respetuoso, debemos sembrar esas semillas en las aulas. Aquí, la ética del cuidado —como subraya Nel Noddings (2005)— se convierte en el corazón de la tarea educativa: una responsabilidad profunda hacia el bienestar colectivo. Cuidar no es solo cortesía, es reconocer y atender las necesidades emocionales, físicas y sociales de quienes comparten la vida escolar. Al mismo tiempo, la convivencia positiva se transforma en el lenguaje universal de la escuela, donde respeto y colaboración son la base de todas las interacciones.

II.2. El desarrollo de habilidades socioemocionales

El cuidado exige también formar personas capaces de reconocerse a sí mismas y de convivir sanamente con los demás. Desarrollar habilidades socioemocionales significa cultivar la autoconciencia, la empatía y la gestión equilibrada de las emociones. Como afirma Daniel Goleman (1995), estas competencias son tan determinantes para el éxito vital como los logros académicos. La escuela soñada es un taller vivo donde niños, jóvenes y adultos se entrenan para afrontar los desafíos de la vida con resiliencia y equilibrio.

II.3. La prevención de problemas de salud mental

En un mundo cada vez más atravesado por la ansiedad, la soledad y la presión, la escuela debe ser un espacio protector. Prevenir no significa medicalizar, sino anticipar y acompañar: enseñar a pedir ayuda, crear redes de apoyo y reducir el estigma. Una comunidad escolar que cuida se convierte en un refugio emocional, donde los estudiantes encuentran apoyo real frente a los riesgos que afectan a su bienestar.

II.4. La mejora del rendimiento académico

El bienestar no es un fin en sí mismo, sino un catalizador. Cuando el alumnado se siente seguro, escuchado y valorado, su motivación y concentración se disparan. La investigación lo confirma: la calidad de los vínculos y la percepción de apoyo predicen mejor el rendimiento que el tiempo de estudio aislado. Invertir en cuidado no resta, sino que multiplica: la felicidad y el aprendizaje se alimentan mutuamente.

II.5. El logro del bienestar docente

No podemos olvidar a quienes sostienen la escuela día a día: los docentes. Un profesor que se siente cuidado, reconocido y apoyado se convierte en un faro de inspiración para su alumnado. Como recuerda Fullan (2021), el bienestar docente es la base de cualquier cultura escolar que aprende y mejora. Cuidar al profesorado es cuidar la escuela en su conjunto.

Esta primera clave es, en realidad, una revolución silenciosa: la apuesta por transformar la escuela en un oasis de bienestar donde todos puedan florecer. El libro De la escuela que venimos a la que soñamos no ofrece recetas cerradas, sino un viaje apasionante que invita a reflexionar y a convertir la lectura en acciones concretas. Porque soñar una escuela humana y solidaria no es solo un deseo: es una responsabilidad que nos compromete a todos.

“Cuidar es sembrar futuro.

El bienestar compartido es la raíz de todo aprendizaje.

La escuela que soñamos empieza hoy, cuando inicies el camino de su búsqueda.”

Estás invitado a ser parte de este proyecto.


jueves, 21 de agosto de 2025

Presentación conversatorio del libro en Argentina, el día 28 de agosto de 2025.


Siguiendo con las presentaciones conversatorios del libro, es un gusto compartirles que el próximo día 28 de agosto, estaremos virtualmente en Argentina Noemí Riera, y gracias a las gestiones de Juan Carlos Valdez de México.

Les dejó la presentación realizada por Adriana y les invitamos a sumarse, será un gusto contar con todos aquellos que compartimos el compromiso, la responsabilidad y el amor por la educación.

miércoles, 13 de agosto de 2025

Conversatorio presentación desde EL CENTRO CONTINENTAL DEL SABER EDUCATIVO MÉXICO-PERÚ Y RENACED.


Un agradecimiento desde el corazón de un maestro

Mi más sincero agradecimiento al Centro Continental del Saber Educativo México–Perú y a RENACED por brindarme la oportunidad de participar en un valioso diálogo educativo sobre la escuela que soñamos y necesitamos para todas nuestras niñas, niños y jóvenes. Fue un espacio lleno de ideas, compromiso y esperanza, donde la educación se reafirmó como la herramienta más poderosa para transformar vidas.

Quiero expresar de manera muy especial mi gratitud al director Víctor Terán Orozco y a Rosy de la Cruz por su impecable coordinación y presentación del conversatorio. También a todo el equipo que, con generosidad y entrega, hizo posible este encuentro. Desde aquí, reitero mi plena disposición para colaborar y apoyar en todo lo que esté en mis manos.

Este encuentro me brindó, además, la alegría de presentar mi libro "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro", fruto de años de trabajo, ilusión y pasión por ofrecer lo mejor de mi experiencia docente y educativa. Es un libro que nace del corazón de un maestro que cree profundamente en el poder de la educación para humanizar, inspirar y abrir caminos de futuro.

Espero que este sea solo el inicio de un camino compartido. Confío en que podamos seguir aprendiendo juntos en las presentaciones que, con tanto cariño, se están organizando en distintos lugares.

Agradezco igualmente la disposición y el compromiso de todas las personas que, desde diversos países de América Latina, nos acompañaron en este espacio. Ustedes son los verdaderos artífices de que cada estudiante que pasa por sus aulas pueda desarrollar la mejor versión de sí mismo. Para cada uno de ustedes, mi admiración más profunda, mi respeto sincero y mi solidaridad incondicional en el logro de sus proyectos institucionales y profesionales.

Porque, como educadores, compartimos un mismo sueño: hacer de la escuela un lugar donde cada persona pueda florecer y donde la esperanza nunca deje de crecer.


sábado, 9 de agosto de 2025

Presentaciones conversatorios del libro: "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro."


 Estimadas amigas y amigos, aunque en la mayoría de países están en período de receso escolar, tengo el gusto de informarles que estamos iniciando las presentaciones-conversatorios para compartir el libro que acaba de publicarse. Será para mí un placer, analizar, reflexionar y profundizar en el ideal de escuela que cada uno tenemos en nuestra mente. Será el momento de vislumbrar caminos y acciones que nos permitan lograr la mejor versión de cada niña, niño y joven que pasa por nuestras aulas.

martes, 5 de agosto de 2025

¿Hacia dónde vamos? La escuela que soñamos y necesitamos. Capítulo III.


¿Hacia dónde vamos? Una escuela que se atreve a soñar para transformarse.

En tiempos de incertidumbre, soñar la escuela que necesitamos no es un ejercicio de evasión, sino un acto de compromiso profundo con la humanidad. El Capítulo III de “De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro” es una invitación a caminar hacia una escuela posible, necesaria y urgente. Una escuela que se reencuentra con su sentido más genuino: cuidar, educar, transformar.

Este capítulo propone diez claves articuladas que construyen un horizonte compartido, no como un recetario, sino como una brújula ética y pedagógica. La primera clave sitúa la escuela como espacio de cuidado, bienestar y convivencia positiva. No se trata de una declaración retórica, sino de una apuesta por la ética del cuidado como práctica estructurante, la promoción de habilidades socioemocionales, la prevención de problemas de salud mental, y el reconocimiento del bienestar docente como condición de posibilidad para todo lo demás. Porque una escuela que cuida, educa mejor.

La segunda clave apunta al corazón de la profesión docente: el tránsito de la práctica solitaria a la construcción de comunidades profesionales de aprendizaje. Se aboga por un desarrollo profesional colaborativo, donde el saber se comparte, se construye colectivamente y se transforma en acción pedagógica. Las comunidades de aprendizaje se presentan como espacios vivos, donde el diálogo, la reflexión y la investigación sobre la práctica fortalecen la identidad profesional y el compromiso ético.

La tercera clave nos lleva a concebir la escuela como una organización que aprende. Inspirada en autores como Senge, Stoll o Fullan, esta propuesta reconoce que solo las organizaciones que aprenden pueden mejorar de forma continua. La construcción de una visión compartida, la gestión del conocimiento, el desarrollo profesional y la curiosidad pedagógica se convierten en motores de cambio interno. No se trata de aplicar modas, sino de generar desde dentro las respuestas que la escuela necesita.

El liderazgo pedagógico, en la cuarta clave, se plantea como un liderazgo distribuido, ético y articulador, que moviliza la inteligencia colectiva de toda la comunidad educativa. Un liderazgo que inspira, pero que también escucha, que construye una visión común y fomenta la participación responsable en la toma de decisiones.

La quinta clave redefine el currículo como una herramienta de esperanza y transformación. Un currículo orientado al logro de un perfil de salida que prepare a los estudiantes para afrontar los desafíos globales desde una ciudadanía crítica, democrática y comprometida con los derechos humanos. Se cuestiona el currículo oculto y se recuperan referencias internacionales que inspiran caminos posibles.

La sexta clave gira en torno a la evaluación formativa y auténtica como base del aprender a aprender. Se ofrece una mirada integral que abarca la evaluación del alumnado, la práctica docente y la autoevaluación institucional, siempre con un enfoque de mejora continua, aprendizaje profundo y compromiso con los fines educativos.

La séptima clave propone una escuela abierta al mundo, que integra las tecnologías —incluida la inteligencia artificial— al servicio del bien común. Lejos de una visión instrumental, se aboga por una tecnología crítica, ética y humanista, que expanda las posibilidades de inclusión, participación y aprendizaje significativo.

En la octava clave, se introducen los ciclos de aprendizaje experiencial como motores de innovación sostenible. Se trata de procesos sistemáticos, reflexivos y participativos, que permiten experimentar, evaluar y mejorar de forma continua las prácticas escolares desde la experiencia real.

La novena clave recupera la figura de la supervisión escolar como acompañamiento pedagógico. Se reivindica una relación de confianza, asesoramiento y retroalimentación constructiva, centrada en la mejora del aprendizaje y el desarrollo institucional. Una supervisión que acompaña y no fiscaliza, que escucha y no impone.

Finalmente, la décima clave nos recuerda el porqué de todo esto: construir una escuela comprometida con el bien común, los derechos humanos, la dignidad de la persona y la justicia social. Una escuela que no renuncie a su misión de formar ciudadanía democrática, crítica y activa. Porque no hay verdadera educación sin un horizonte ético que dignifique a cada ser humano.

Este capítulo no es solo un mapa para la transformación educativa. Es un acto de fe en la escuela, en sus docentes, en sus estudiantes, en su comunidad. Es una ofrenda de quien ha caminado la escuela desde dentro y sueña, con emoción y lucidez, que otra escuela no solo es posible, sino urgente.

📘 Si este sueño también es tuyo, te invito a descubrir el libro completo: “De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.” Porque soñar juntos la escuela que necesitamos… es el primer paso para construirla.


martes, 29 de julio de 2025

¿Dónde estamos? Una mirada crítica y esperanzada a la escuela del primer cuarto del siglo XXI. Capítulo II.


Como avance del contenido del libro, les comparto algunas esencias del capítulo II del libro. Si a alguien le interesa, en el blog tiene disponible la entrada correspondiente a: la dedicatoria, el preámbulo, el crisol de las emociones de un aprendiz de maestro, el capítulo I y ahora del capítulo II. En breve estará disponible el adelanto del capítulo III, que es una propuesta de diez claves para lograr la escuela que soñamos. Además, en Amazon pueden acceder a parte del contenido de cada volumen.

Con gusto me ofrezco a colaborar con docentes e instituciones que lo deseen en la búsqueda de sus finalidades educativas. También para dialogar y encontrar formas de cooperar. 

Reflexiones en torno al capítulo II del libro "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro"

En el fascinante trayecto de este libro, que entrelaza memoria, análisis riguroso y emoción pedagógica, el segundo capítulo constituye una parada imprescindible para mirar de frente —sin nostalgias ni complacencias— la escuela que tenemos hoy. Bajo el título *“¿Dónde estamos? La escuela que tenemos en el primer cuarto del siglo XXI”*, el autor nos invita a una reflexión valiente sobre los retos, contradicciones y oportunidades del sistema educativo actual.

Este capítulo se abre con un ejercicio de conciencia: entender el presente desde las tensiones que lo habitan. Así, en la sección A, se plantea una invitación a pensar la escuela no como una institución neutral, sino como un espacio atravesado por intereses diversos: económicos, políticos, éticos y pedagógicos. Comprender la escuela que tenemos exige preguntarse también por las intenciones que la sostienen y por los modelos de sociedad que promueve.

En la sección B, el texto se adentra en un dilema ético crucial: ¿Es la educación un derecho, un bien público, una industria o un negocio? Esta pregunta, lejos de ser retórica, pone en juego el sentido profundo de la escuela. En un contexto global donde proliferan discursos gerenciales y modelos privatizadores, el capítulo nos urge a recuperar la perspectiva del derecho a una educación con equidad, justicia y sentido. La educación, como recuerda Paulo Freire, no puede ser neutra: o reproduce o transforma.

Uno de los aportes más lúcidos del capítulo es el análisis detallado de la evaluación educativa (sección C). En tiempos en que lo cuantificable parece reinar, el autor nos conduce con rigor y claridad por los distintos niveles de evaluación: del alumnado, de los centros, del profesorado y de los sistemas educativos. Esta lectura crítica —pero propositiva— permite vislumbrar los riesgos de una cultura evaluativa reducida al ranking y la competencia, al tiempo que abre caminos hacia una evaluación que aporte sentido, oriente la mejora y reconozca el valor añadido de la escuela. Una escuela vale no sólo por sus resultados, sino por su capacidad para transformar vidas, construir comunidad y generar esperanza.

El texto también se detiene en la figura clave del profesorado (sección D). Desde el acceso a la profesión hasta el desarrollo profesional, se traza un recorrido que evidencia tanto los logros como las asignaturas pendientes. ¿Cómo se selecciona a los futuros docentes? ¿Qué formación inicial reciben? ¿Qué condiciones permiten o dificultan una práctica profesional reflexiva y comprometida? Estas preguntas estructuran una reflexión que conecta con autores como Michael Fullan o Philippe Perrenoud, quienes han insistido en que la mejora escolar pasa necesariamente por dignificar la tarea docente, promover el aprendizaje colaborativo entre pares y asegurar procesos continuos de formación situada.

El liderazgo escolar, tratado en la sección E, es otro de los nudos críticos abordados con lucidez. Frente a modelos autoritarios o puramente administrativos, el capítulo apuesta por un liderazgo pedagógico, distribuido y ético, centrado en el acompañamiento, el diálogo y la construcción colectiva del proyecto educativo. Se retoman aquí referencias clave como las de Andy Hargreaves o Alma Harris, para mostrar que liderar no es mandar, sino cuidar y movilizar.

La sección final (F) recoge otras reflexiones que dan densidad al análisis: el impacto de las tecnologías, las desigualdades persistentes, los efectos del contexto global sobre la escuela local. El autor no cae en el catastrofismo, pero tampoco maquilla la realidad. Su mirada es crítica, sí, pero también esperanzada. Porque en cada página late la convicción de que otra escuela es posible, y que para alcanzarla necesitamos primero comprender, con honestidad y rigor, la escuela que hoy tenemos.

Este capítulo, en definitiva, es un ejercicio de pensamiento pedagógico profundo y necesario. No se limita a diagnosticar; abre horizontes. Nos interpela como educadores, nos compromete como ciudadanos y nos recuerda que la escuela, más allá de sus muros, es un espejo de la sociedad que somos… y una semilla de la que queremos ser.

Invito a todos los lectores de este blog —docentes en formación y en ejercicio, familias, investigadores, gestores educativos— a sumergirse en este libro. Porque comprender la escuela que tenemos es el primer paso para soñar, juntos, la escuela que merecemos. Y como bien señala el autor: “la escuela que soñamos no es una utopía lejana, sino una posibilidad concreta que empieza por mirar con coraje la realidad que habitamos”.

¿Te interesa continuar esta reflexión?

Lee el capítulo completo en “De la escuela que venimos a la que soñamos” y únete a esta conversación sobre el presente y el porvenir de nuestras escuelas. Porque educar es también construir futuro.


viernes, 25 de julio de 2025

La escuela que heredamos: Un viaje desde Prusia hasta el siglo XX. (Capítulo I)

¿Alguna vez te has preguntado por qué nuestras escuelas son como son? Para comprenderlo, debemos viajar en el tiempo y desentrañar la historia de la educación, un relato que en su primer capítulo del libro: “De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro”, nos lleva desde los cuarteles prusianos hasta las teorías de vanguardia de finales del siglo XX.

Nuestra historia comienza en la Prusia del siglo XVIII, cuna de lo que hoy conocemos como la escuela tradicional. Diseñada con fines muy específicos –formar ciudadanos obedientes, soldados disciplinados y trabajadores eficientes–, esta escuela se erigió sobre pilares de uniformidad, disciplina y transmisión de conocimientos. La imagen del maestro en el estrado, el alumno pasivo y los pupitres en fila india no es casualidad; es la herencia directa de un sistema que buscaba la estandarización y la eficiencia a imagen y semejanza de la producción industrial en cadena. Sorprendentemente, esta estructura sentó las bases de las escuelas en gran parte del mundo occidental, incluyendo la nuestra.

Sin embargo, incluso antes de la explosión de la Escuela Nueva, ya existían voces que soñaban con una educación diferente. Jean-Jacques Rousseau, en el siglo XVIII, con su obra "Emilio, o De la educación", defendió la idea de una educación natural, que respetara el desarrollo espontáneo del niño y lo alejara de las corrupciones de la sociedad. Sus ideas, aunque idealistas, sentaron las bases para un cambio de paradigma. Más tarde, Johann Heinrich Pestalozzi en el siglo XIX, influenciado por Rousseau, puso en práctica una pedagogía basada en el amor, la observación y la experiencia directa, buscando un desarrollo armónico de las facultades del niño.

A finales del siglo XIX y principios del XX, una corriente de pensamiento revolucionaria irrumpió en el panorama educativo: la Escuela Nueva. Hartos de la rigidez prusiana, pedagogos visionarios clamaron por una educación centrada en el niño, en sus intereses y en su desarrollo integral. Nombres como William Heard Kilpatrick, con su método de proyectos, y Adolphe Ferrière, promotor de la escuela activa, apostaron por el aprendizaje experiencial y la libertad del alumno. John Dewey abogó por una educación que preparara para la vida en democracia, conectando la teoría con la práctica.

En este torbellino de ideas, figuras como Maria Montessori revolucionaron la educación infantil con su énfasis en la autonomía y el aprendizaje a través de los sentidos. Ovide Decroly defendió los centros de interés, agrupando el conocimiento de forma holística. Y desde Oriente, la figura de Rabindranath Tagore, premio Nobel y visionario pedagogo, fundó la escuela de Santiniketan en la India, donde promovió una educación holística en contacto con la naturaleza, que integraba las artes, la creatividad y el desarrollo espiritual, lejos de la memorización y la disciplina impuestas. Todos ellos, cada uno a su manera, fueron precursores de una escuela más humana, más activa y más relevante para los estudiantes. Sus aportaciones son palpables en metodologías actuales que priorizan el aprendizaje significativo y la participación activa del alumnado.

Pero el optimismo pedagógico no duró para siempre. La década de 1960 trajo consigo una profunda crisis y un cuestionamiento radical del sistema educativo. El informe de Philippe Coombs sobre la crisis mundial de la educación puso de manifiesto las deficiencias y la incapacidad de la escuela para adaptarse a los nuevos tiempos. En este contexto, surgieron voces aún más críticas, como las de Ivan Illich y Everett Reimer, quienes propusieron la "desescolarización" de la sociedad, argumentando que la escuela era una institución opresora que impedía el verdadero aprendizaje. Aunque extremas, sus ideas nos obligaron a reflexionar sobre el propósito y la función real de la educación.

El cierre del siglo XX, sin embargo, nos traería nuevas luces. En la década de 1980, Howard Gardner desafió la noción tradicional de inteligencia con su teoría de las Inteligencias Múltiples. Esta perspectiva, que reconoce diferentes formas de aprender y de ser inteligente (lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-kinestésica, interpersonal, intrapersonal y naturalista), amplió el horizonte educativo y fomentó una pedagogía más inclusiva y personalizada. A finales de los 90, la investigación de Peter Salovey y John Mayer sobre la inteligencia emocional fue popularizada por Daniel Goleman, destacando la importancia de gestionar nuestras emociones y relacionarnos eficazmente. Estas ideas han influido enormemente en la educación actual, promoviendo el desarrollo de habilidades socioemocionales esenciales para el éxito personal y profesional.

Así, al finalizar el siglo XX, la escuela había transitado un camino asombroso: de la rigidez prusiana a la explosión de la Escuela Nueva, pasando por crisis y nuevas perspectivas sobre la inteligencia y las emociones. Esta evolución nos dejó una herencia compleja pero rica, que sigue modelando la educación que conocemos hoy.

domingo, 20 de julio de 2025

El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.

Uno de los apartados más importantes para acercarse al libro: "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro", es precisamente esta nota autobiográfica, y que aquí trato de argumentar la razón de su presencia en el libro.

Cada vez que tengo un libro entre mis manos, me asalta una pregunta inevitable: ¿quién es la persona que lo escribió? ¿Desde qué lugar del mundo –y desde qué lugar interior– nos habla? ¿Creció entre certezas o entre ausencias? ¿Qué heridas, qué sueños, qué convicciones han dado forma a su manera de enseñar, de mirar la vida, de habitar la escuela?

Este apartado del libro nace precisamente de esas preguntas. Está pensado como una pequeña ventana que permite al lector asomarse al alma del autor. Un esbozo autobiográfico, un relato íntimo que da sentido al contenido de los capítulos que siguen. Porque no se puede comprender el mensaje sin comprender al mensajero.

Como decía Séneca, "cada nuevo comienzo viene del final de otro comienzo". En este sentido, cada libro es mucho más que un objeto impreso: es el fruto maduro de un proceso vital, el eco de una historia tejida con hilos de experiencia, aprendizaje y búsqueda. Así, este texto que tienes en tus manos no es una mera introducción, sino un umbral simbólico: una invitación a un viaje compartido entre quien escribe y quien lee, entre dos trayectorias que, quizás, se reconocen en su vocación común.

Lo que aquí comparto no es un currículum, sino más bien lo que el filósofo Gabriel Marcel llamaría una “presencia encarnada”: una forma de hacer visible lo invisible, de decir sin alardes quién soy, qué me ha movido a lo largo del tiempo, qué me ha dolido y también qué me ha salvado.

Es, en realidad, el crisol donde se han fundido las emociones, certezas y vacilaciones de un aprendiz de maestro. Un crisol –como los que se usan para fundir metales preciosos– que ha soportado el calor de las decisiones difíciles, la incertidumbre del cambio, la alegría de lo compartido y la esperanza que nace cada vez que un niño o una niña descubren algo por sí mismos.

Aquí no solo encontrarás un recuento de hitos, sino también el intento de mostrar las esencias de una vida profesional que ha sido, como la de muchos de ustedes, apasionada, a veces incierta, llena de dudas y valiosos dilemas. Es la punta del iceberg, sí, porque como bien sabemos quienes navegamos las aguas de la educación, gran parte de nuestra riqueza experiencial yace bajo la superficie, esperando el momento justo para emerger y ser compartida.

En estas páginas aparecen algunos de los compañeros y compañeras de viaje que marcaron mi camino, las organizaciones educativas que me acogieron, los países que visité y las experiencias que me transformaron. También aparecen las ideas que han ido madurando al calor del aula, del diálogo con colegas, de la lectura reflexiva, de la escucha atenta y del compromiso con la escuela como espacio de humanidad y transformación.

Este "crisol de emociones" no es solo una anécdota personal, sino una llave para comprender el tono vital del libro. Leer esta sección puede ayudarte a contextualizar lo que sigue, a conectar con la pasión que lo impulsa y a enriquecer el diálogo entre tu experiencia como educador o educadora y la que aquí te comparto.

Tal vez este texto tenga valor solo si logra abrir un diálogo silencioso entre quien escribe y quien lee. Si al recorrer estas páginas, tú –querido lector, querida lectora– sientes que hablamos el mismo idioma: el de quienes creen que la educación no es solo una tarea, sino una forma de vida.

Porque, como dijo Paulo Freire, "nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo” (Freire, 1970). Este crisol es mi manera de invitarte a que entremos juntos en ese mundo compartido donde la educación se convierte en una búsqueda común.

Y quizás, al final del trayecto, ambos podamos reconocernos como parte de una misma travesía: la del maestro que enseña mientras aprende, y la del lector que, al leer, también se transforma.

Recibe toda mi gratitud por tu interés.

Pedro Navareño Pinadero.

Isla Cristina, 20 de julio de 2025.

 

martes, 15 de julio de 2025

Prólogo: Desde el crisol de la experiencia y voces de razón apasionada por la educación. De la escuela que venimos a la que soñamos: El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro. Juan Manuel Escudero Muñoz

 

Prólogo:

Como podrá advertir el lector, esta obra de Pedro no solo transpira mucha información, ideas poderosas, valores con firme convicción y llamadas imperativas a la acción. Va trenzada al mismo tiempo con historia y relatos de vida. Surge y contiene determinadas formas de pensar, hablar y sentir, modos de ser y estar en el mundo discurriendo por trayectorias de vida sinuosamente trazadas desde la más tierna infancia hasta la madurez. No hace falta componer una lectura muy reflexiva y profunda para darse cuenta de que no se trata ni se habla tanto de realidades que habitan el mundo de las ideas como, más bien, de aquellas que están directamente ancladas, ligadas y son emergentes del crisol de vida y experiencias, de emociones y razones que reverberan en cada página del libro. No tenemos delante un tratado frío, lejano y racional sobre educación. Es, más bien, un texto vibrante por momentos, no carente de argumentos y razones, desde luego, pero siempre aderezadas con palabras, propósitos, modos de hacer y compromisos que traspiran entusiasmo y apasionamiento.

Por Juan Manuel Escudero Muñoz.

Navareño Pinadero, Pedro. De la escuela que venimos a la que soñamos: El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro. Parte I (pp. 13-14). (Function). Kindle Edition. 

Desde aquí mi agradecimiento al maestro Juan Manuel por su generosidad de escribir el prólogo.

sábado, 12 de julio de 2025

DEDICATORIA: De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de la emociones de un aprendiz de maestro.


Dedicatoria:

A cuantos educadores y educadoras que con pasión y entusiasmo convierten lo cotidiano en trascendente, a aquellos que no solo habitan el aula, sino que reinventan en ella mundos posibles con su presencia. A los arquitectos de futuros invisibles, que desafían el tedio, la desigualdad y la indiferencia, entregándose a una tarea que es mucho más que enseñar, es luchar y, sobre todo, creer en la perfectibilidad humana. A todos los que creen y saben encontrar detrás de cada mirada esquiva, el sentido y la razón para vivir dignamente en cada voz temblorosa, en cada mente inquieta que no conoce el camino para realizar sus deseos y que encuentra en cada docente la fuerza y la luz que ilumina y proyecta el sendero de su vida.

Para seguir leyendo:

Navareño Pinadero, Pedro. De la escuela que venimos a la que soñamos: El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro. Parte I (p. 5). (Function). Kindle Edition. 


https://reflexioneseducativa.blogspot.com/2025/07/ya-llego-el-momento-con-mucha-ilusion-y.html

PARTE 1:

viernes, 11 de julio de 2025

El Corazón de la escuela. Más Allá de las Aulas: La Pasión de cuatro décadas por educar.

¿Sabías que nuestro libro es el testimonio vivo de más de cuatro décadas de entrega y pasión por la educación y la enseñanza? "De la escuela que venimos a la que necesitamos" te sumergirá en las experiencias de un docente que ha vivido la educación como un eterno aprendiz. Descubre cómo la convicción de educar es enseñar a construir y vivir proyectos de una vida digna, que transforme y mejora la vida de las personas. Quiere ser ¡Una inspiración para docentes, familias y para quienes desean ser auténticos educadores!

El libro está disponible de Europa en: Amazon.es


Y en el caso de Latinoamérica y Estados Unidos, debe buscarse el libro dentro de Amazon.com, escribiendo: “De la escuela que venimos a la que soñamos”.


Si al leer el libro encuentras que te ayuda a reflexionar sobre la importancia de que las personas encontremos sentido a nuestras vidas y te brinda ideas para soñar con una educación mejor, te pido un pequeño favor, pero de enorme valor: deja tu comentario y/o valoración en Amazon, en la misma página donde se adquiere deslizando hacia abajo.

Tu opinión no solo me ayuda a mí como autor para seguir creciendo y mejorando, sino que es fundamental para que otros colegas y amantes de la educación descubran este libro. En un mar de publicaciones, una reseña sincera es un faro que guía a nuevos lectores. Tu perspectiva podría ser el detonante para que otras personas se animen a explorar estas ideas, a encontrar apoyo y a unirse a esta conversación tan necesaria sobre el futuro de la educación que todos soñamos.

miércoles, 9 de julio de 2025

· ¿Qué Escuela Necesitamos HOY? Un Viaje Emocionante Comienza.


 Querida comunidad educativa: 

¿Alguna vez nos hemos preguntado cómo era la escuela de ayer, cómo es la de hoy y, más importante, cómo soñamos la escuela que soñamos y necesitamos? 

El libro "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro" te invita a un viaje reflexivo para explorar estas preguntas esenciales. Es hora de cuestionar, soñar y construir juntos. ¡Prepárate para una aventura que transformará tu visión de la educación!

El libro está disponible de Europa en: Amazon.es


Y en el caso de Latinoamérica y Estados Unidos, debe buscarse el libro dentro de Amazon.com, escribiendo: “De la escuela que venimos a la que soñamos”.


martes, 8 de julio de 2025

Publicación del libro: "De la escuela que venimos a la que soñamos". El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.


 "¡Ya llegó el momento! Con mucha ilusión y esperanza, comparto con todas las amigas y amigos que me seguís por aquí una obra que nace del corazón y del compromiso con una educación más humana y esperanzadora."

Link universal: 
De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.

Parte I

Parte II



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Tu opinión no solo me ayuda a mí como autor para seguir creciendo y mejorando, sino que es fundamental para que otros colegas y amantes de la educación descubran este libro. 


En un mar de publicaciones, una reseña sincera es un faro que guía a nuevos lectores. Tu perspectiva podría ser el detonante para que otras personas se animen a explorar estas ideas, a encontrar apoyo y a unirse a esta conversación tan necesaria sobre el futuro de la educación que todos soñamos.


Muchas gracias por tu interés.

jueves, 3 de julio de 2025

CRONICA DEL VIII Congreso Iberoamericano y XI Congreso Luso-Brasileño de Política y Administración Educativa:

Diálogos sobre Estado, Democracia y Desafíos Contemporáneos en la Gestión Educativa.

Del 14 al 18 de abril de 2025 se celebraron en Recife (Brasil), de manera conjunta, el VIII Congreso Iberoamericano de Política y Administración Educativa y el XI Congreso Luso-Brasileño de Política y Administración Educativa, encuentros académicos promovidos por la Asociación Nacional de Política y Administración Educativa (ANPAE), el Foro Portugués de Administración Educativa (FPAE) y el Fórum Europeo de Administradores de Educación en España (FEAE). Las instituciones anfitrionas, la Universidad Federal de Pernambuco y la Fundación Joaquim Nabuco (FUNDAJ), fueron escenario de intensos debates y reflexiones sobre el tema central: “Estado, democracia, políticas y gestión de la educación: problemas y perspectivas”. 

El evento se desarrolló en un momento crucial para los sistemas educativos de Brasil, Portugal y España, en el que las agendas políticas y las propuestas educativas se enfrentan a múltiples desafíos dentro de un contexto global marcado por el auge de autocracias y extremismos autoritarios que ejercen creciente influencia y poder. 

Las discusiones se centraron en la compleja relación entre Estado y Democracia, atravesada por políticas transnacionales, con variados niveles de participación de la sociedad civil y los sectores políticos, incluyendo la presencia de actores conservadores.

Seguir leyendo: Revista Dyle del FEAE.