Tengo el grandísimo placer de ofreceros una verdadera joya de la reflexión sobre la vida y la educación de las personas.
No me extiendo en explicaciones porque sólo leer su prólogo nos abre la ventana a los campos que podremos recorrer y disfrutar de su lectura. Por tanto sólo os puedo desear que lo disfrutéis.
Prólogo del libro.
E M P R E N D I M I E N T O .
A L G O M Á S Q U E V O L U N T A D
Gracián nos enfrenta a un compromiso moral: actuar. Llama la atención la actualidad del debate que nos plantea y con la radicalidad que lo hace. Radicalidad que surge de la visión moral que imprime a la necesidad de actuar, a la obligación de hacer, de transformar la realidad. Emprender es un deber no una opción.
Frente a la improvisación y la precipitación, el reto no es otro que mantener la capacidad crítica; revisar los valores de la convivencia, evaluar las amenazas y fijar referencias sostenibles, y por ello compartidas.
En definitiva, superar las restricciones que imponen la ansiedad o la codicia. Despacio, sí; pero seguro. Emprender, reflexionar, aprender sin pausa, sin dilación. El riesgo inasumible es quedar paralizados ante la incertidumbre.
Es evidente que vivimos una situación en la que se acumulan las paradojas conduciéndonos a un momento crítico.
Conocí esta joya gracias a uno de mis más admirados y queridos maestros, Antonio Rodríguez de las Heras, que colabora en dicho libro y que el mismo presenta a continuación.
Tengo el grandísimo placer de ofreceros una verdadera joya de la reflexión sobre la vida y la educación de las personas.
A L G O M Á S Q U E V O L U N T A D
Gracián nos enfrenta a un compromiso moral: actuar. Llama la atención la actualidad del debate que nos plantea y con la radicalidad que lo hace. Radicalidad que surge de la visión moral que imprime a la necesidad de actuar, a la obligación de hacer, de transformar la realidad. Emprender es un deber no una opción.
Frente a la improvisación y la precipitación, el reto no es otro que mantener la capacidad crítica; revisar los valores de la convivencia, evaluar las amenazas y fijar referencias sostenibles, y por ello compartidas.
En definitiva, superar las restricciones que imponen la ansiedad o la codicia. Despacio, sí; pero seguro. Emprender, reflexionar, aprender sin pausa, sin dilación. El riesgo inasumible es quedar paralizados ante la incertidumbre.
Es evidente que vivimos una situación en la que se acumulan las paradojas conduciéndonos a un momento crítico.
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