Hoy quiero hacer desde aquí un sencillo, pero profundo y sincero, homenaje a
todos esos maestros y maestras que con tanto amor y dedicación entregan lo
mejor que llevan dentro a su alumnado.
A todos esas personas generosas que más allá de reconocimientos,
agradecimientos, premios o menciones especiales, trabajan desde los albores de
los días hasta que el sol empieza o despedirse, incluso algunos hasta después
de que lo haga.
A aquellos que cuando terminan con la noble, difícil y preciosa tarea de
educar, se ven obligados a iniciar otra nueva jornada laboral para tratar de
sobrevivir dignamente junto a los suyos.
A los que cada mañana con la mochila bien cargada de amor, emociones y
cariño, acuden a multiplicarlas exponencialmente entre sus alumnos, dispuestos
a vaciarse para que su alumnado reciba lo mejor que llevan dentro de sí.
A aquellos maestros y maestras que atienden a esos dificilísimos alumnos
hijos de un mundo de segregación, marginación y pobreza, a los hijos de los que
tienen mucho y lo desprecian casi todo, a los hijos de los humildes y sencillos
campesinos que a penas tienen qué llevar a la escuela y a la boca, a los hijos
de los que hacen el mal, a los hijos de los que nos desprecian por alguna
razón, en definitiva a los hijos de todos aquellos que tienen la fortuna de
contar con una escuela, porque todavía los hay en peor situación y no tienen ni
siquiera la oportunidad de pisar nunca un aula.
Lo hago, además, con el deseo de que nadie se sienta excluido, mi voluntad
es que todos sientan el agradecimiento, el calor y el aliento que necesitamos
cada día para seguir luchando por una sociedad más justa. Sin importar que
nadie nos dé las gracias, pues nuestra mayor recompensa es nuestra satisfacción
personal, nuestro bienestar con nosotros mismos, nuestra felicidad por el
servicio prestado a los demás y nuestro trabajo bien hecho. Pues no se puede
esperar mucho de la mayoría de los que nos gobiernan, pues como los hechos
demuestran, suelen preocuparse más por sí mismos que por el bien común, pero
ese será su único premio, su egoísmo. Por supuesto incomparable al de quienes
entregan generosamente lo que son y lo que saben a los demás.
Aquí les damos a todos el verdadero valor de su entrega sin escatimar
energías, porque entendemos que los necesitamos a todos, pues no podemos
olvidar que cada maestro y maestra son el mejor de los regalos que la vida le
ofrece a cada niño y cada niña.
También incluimos a los que no les gusta demasiado la profesión, pues ya
tienen bastante sacrificio con ejercerla.
Para poner colofón a esta breve reflexión, también queremos celebrar
aquí la declaración de la UNESCO "La
educación ante todo" "Education first". Ojalá los organismos internacionales se ocuparan
realmente de la educación de las personas, esa sería una buena noticia para los
más desfavorecidos.
“Esta es la primera vez que el Secretario General de las Naciones Unidas hace de la educación una prioridad. Es una decisión histórica que reconoce la capacidad de la educación para transformar vidas y construir sociedades más sostenibles, pacíficas y prósperas. Me enorgullece que el Secretario General haya pedido a la UNESCO que lidere la puesta a punto de esta Iniciativa y la lleve adelante”. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO.
“This is the first time that a
United Nations Secretary-General has made education a priority. It is an
historic decision that recognizes the power of education to transform lives and
build more sustainable, peaceful and prosperous societies. I am proud that the
Secretary-General turned to UNESCO to play a lead role in shaping this
Initiative and taking it forward.” Irina
Bokova, UNESCO Director-General
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