sábado, 25 de octubre de 2025

(DES) CONECTA | Vídeo ganador de la 4ª edición de #EfectoMIL

Hoy quiero compartirles algo muy especial que espero os guste tanto como a mi. Es una llamada de atención a encontrar sentido a la vida, de la que tanto me gusta hablar y que bien podría ser el gran objetivo de la escuela.
Si te gusta, puedes compartirlo con todas tus amistades, pero de manera especial con los más jóvenes.
Un abrazo fuerte para todos mis seres queridos que ya nos dejaron su vida, su amor y su entrega generosa. Porque la vida no es digital es analógica aunque lo digital se esté apropiando de nosotros.
Si has llegado leyendo hasta aquí, recibe un afectuoso saludo de mi parte
 

viernes, 24 de octubre de 2025

Un nuevo contrato social para un mundo globalizado.

 FEAE de GALICIA.

Una mirada crítica desde la práctica docente

En un mundo interconectado, pero profundamente desigual, la educación se encuentra en una encrucijada. Las crisis globales —climática, sanitaria, digital, democrática— interpelan nuestra tarea como docentes y nos exigen una revisión profunda de lo que enseñamos, cómo lo hacemos y para quién lo hacemos. En este contexto, la propuesta de la UNESCO de forjar “un nuevo contrato social para la educación” (UNESCO, 2021) se presenta como una oportunidad para reimaginar la educación como fuerza transformadora que repare injusticias y construya futuros pacíficos, justos y sostenibles.

Este nuevo contrato se basa en dos pilares fundamentales: garantizar el derecho a una educación de inclusión y calidad a lo largo de toda la vida y fortalecer la educación como un bien público y común. Se trata de un ideal potente, que convoca a docentes, estudiantes, familias y comunidades a una responsabilidad compartida. Sin embargo, desde una pedagogía crítica y sociocrítica, cabe preguntarse: ¿quién redacta ese contrato? ¿Incluye verdaderamente las voces de quienes habitamos cotidianamente las aulas?

Entre la esperanza y la vigilancia crítica

Como bien advierte Michael Apple, toda propuesta educativa, incluso las bienintencionadas, puede ser absorbida por la lógica neoliberal dominante. Esta lógica —que convierte la educación en mercancía y al alumno en capital humano— tiende a invisibilizar la diversidad cultural, la justicia social y la experiencia situada. ¿Puede hablarse de cooperación en un sistema educativo global marcado por la competencia y la estandarización? ¿Qué espacio queda para la solidaridad cuando todo se mide en pruebas de rendimiento?

Entre otros, Freire, Giroux y McLaren nos enseñan que la educación nunca es neutral: es siempre un acto político. La pedagogía crítica no se limita a metodologías innovadoras, sino que exige una lectura estructural de las desigualdades y una acción transformadora desde las aulas. Para Henry Giroux, el docente es un intelectual transformador, un sujeto político que lucha por una escuela como esfera pública democrática. Dewey, por su parte, resaltó que la escuela debe ser “laboratorio de democracia”: un espacio vivencial donde los alumnos participan y aprenden haciendo. McLaren incluso propone una pedagogía revolucionaria, donde la escuela es “escenario de colisión” con la cultura dominante, enfrentando directamente la lógica del capitalismo. Y como señalaba Adorno, sin conciencia crítica, la educación puede convertirse en instrumento de dominación ideológica.

Ya que como lo resumía y nos recordaba con claridad absoluta Manuel Bartolome Cossio “Dadme un buen maestro y el improvisará el local de la escuela si faltare, el inventará el material de enseñanza, que hará que la asistencia sea perfecta”.

Pedagogía para la emancipación: caminos desde el aula

¿Cómo transformar estas ideas en propuestas concretas y accesibles? He aquí algunas líneas de acción para un profesorado comprometido con la transformación:

Fomentar un diálogo crítico y horizontal (Habermas): propiciar que el aula sea espacio de palabra, escucha, argumentación y reflexión compartida.

Analizar críticamente los contenidos y materiales (Apple): ¿qué relatos se privilegian? ¿qué voces se omiten? ¿qué mundo estamos legitimando?

Conectar el currículo con la vida real (Dewey): vincular el aprendizaje a problemas comunitarios, experiencias personales y proyectos de impacto social.

Educar para la diversidad (Freire): romper con las lógicas homogeneizantes y valorar las múltiples identidades, saberes y culturas que atraviesan nuestras aulas.

Revisar las prácticas evaluativas: más allá del examen estandarizado, apostar por la autoevaluación, la coevaluación y la reflexión sobre el proceso de aprendizaje.

Construir redes docentes colaborativas: crear comunidades de práctica que aprendan juntas, dialoguen y produzcan saber pedagógico contextualizado.

Una tarea común, una esperanza compartida

La verdadera firma de este contrato no se estampa en despachos internacionales, sino en el día a día de nuestras aulas. Se construye en el vínculo con nuestros estudiantes, en el compromiso con la justicia social y en la reflexión colectiva con nuestros pares. Como afirma Freire, educar es un acto de esperanza. Y como recuerda Habermas, sólo a través del diálogo podemos construir una comunidad racional, crítica y solidaria.

Forjar un nuevo contrato social para la educación exige más que reformas: implica reivindicar la dignidad de nuestra profesión, la centralidad del saber pedagógico y el compromiso ético con un mundo más justo. No estamos solos. Somos muchos y muchas quienes, desde nuestras escuelas, creemos que otro futuro es posible… y educamos para alcanzarlo.

Referencias bibliográficas

Apple, M. (2021). Educación, política y poder. Morata.

Dewey, J. (1998). Democracia y educación. Ediciones Morata.

Freire, P. (1997). Pedagogía de la autonomía. Siglo XXI.

Giroux, H. (1997). Los profesores como intelectuales. Paidós.

Habermas, J. (1994). Teoría de la acción comunicativa. Cátedra.

McLaren, P. (2005). La vida en las escuelas: una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación. Siglo XXi.

UNESCO (2021). Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación.



miércoles, 22 de octubre de 2025

“De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.” Resumen


Clave 3: La escuela como una organización que aprende y genera las respuestas que necesita desde dentro.

Clave 4: Liderazgo pedagógico distribuido y vertebrador de la comunidad educativa.

Clave 5: Un currículum basado en la irrenunciabilidad a la esperanza y el logro de un perfil de salida para la ciudadanía global crítica, que prepara para afrontar los desafíos locales y globales.

Clave 6: Evaluación formativa y auténtica como base del aprender a aprender.
Clave 7: Escuela abierta a redes y con integración de las tecnologías (IA) al servicio del bien común.
Clave 8: Desarrollo de ciclos de aprendizaje experiencial para la innovación sostenible y mejora continua de la escuela.
Clave 9: Supervisión escolar como asesoramiento y acompañamiento pedagógico a las instituciones educativas.
Clave 10: Escuela para el bien común, los derechos humanos, la dignidad de la persona, la justicia social y el logro de la ciudadanía democrática
II.1. En el bien común.
II.2. En los derechos humanos y del niño.
II.3. En la justicia social.
II.4. En el respeto a la dignidad de la persona
II.5. En la convivencia ciudadana y democrática.

martes, 21 de octubre de 2025

“Soñar la escuela que necesitamos” Conferencia Global sobre Aprendizaje para un Mundo Abierto (GLOW 2025 – Global Learning for an Open World Conference).

Una noticia que me llena de alegría

Queridas amigas y amigos,

Hoy quiero compartir con todos vosotros una gran noticia. Mi ponencia “Soñar la escuela que necesitamos” ha sido seleccionada para presentarse en la Conferencia Global sobre Aprendizaje para un Mundo Abierto (GLOW 2025 – Global Learning for an Open World Conference).

📅 Cuándo: jueves, 20 de noviembre de 2025

🕘 Hora: 21:00 – 21:50 (Hora de Europa Central - Madrid)

🔗 Más información aquí

Este encuentro internacional reúne a educadores, investigadores, responsables de políticas y estudiantes de todo el mundo para reflexionar sobre las competencias globales, la comunicación intercultural y las metodologías innovadoras que necesitamos para construir una educación más humana, inclusiva y transformadora.

Sigo convencido de que educar es cuidar la vida: la de cada niña y cada niño que pasa por nuestras escuelas, ayudándoles a imaginar y construir un proyecto de vida digno de ser vivido.

Esa es, y seguirá siendo, la razón de mi trabajo y de este camino compartido de voluntariado, aprendizaje y esperanza.

Gracias, de corazón, a quienes me acompañan, me animan y creen —como yo— que otra escuela no solo es posible, sino necesaria. 💫

Pedro Navareño Pinadero

Autor de De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.





lunes, 29 de septiembre de 2025

Clave 10: Escuela para el bien común, los derechos humanos, la dignidad de la persona, la justicia social y el logro de la ciudadanía democrática.


Clave 10: La Escuela al Servicio del Bien Común.

La educación nunca ha sido un proceso neutral. En su esencia, la escuela es un espacio de profunda responsabilidad social. La Clave 10 nos recuerda que la verdadera finalidad de la educación es formar seres humanos capaces de vivir, convivir y construir un mundo más justo. La necesidad de una escuela comprometida con el bien común, los derechos humanos, la dignidad de la persona, la justicia social y la ciudadanía democrática es más urgente que nunca. Vivimos en un tiempo de profundas desigualdades y desafíos globales, y la escuela debe dejar de ser solo un lugar de transferencia de conocimientos para convertirse en una forja de conciencia y acción. Esta clave nos propone un modelo educativo que va más allá de los libros de texto y se adentra en la formación de ciudadanos críticos, empáticos y comprometidos.

Una Escuela para Educar en Principios Humanos
El libro nos invita a reflexionar sobre cómo cada rincón de la escuela puede ser un aula para la vida.
En el bien común: Educar en el bien general es enseñar que la felicidad individual está intrínsecamente ligada al bienestar colectivo. Es promover proyectos que beneficien a la comunidad, y fomentar el trabajo en equipo por encima de la competencia.
En los derechos humanos y del niño: La escuela debe ser un santuario donde la dignidad y los derechos de cada niño son innegociables. Es un espacio para aprender sobre la historia de los derechos humanos y, sobre todo, para practicarlos a diario, asegurando que cada voz sea escuchada y valorada.
En la justicia social: Educar en la justicia social es despertar la conciencia sobre las desigualdades y proporcionar las herramientas para cuestionarlas y transformarlas. Es empoderar a los estudiantes para que no solo reconozcan los problemas, sino que se sientan capaces de ser agentes de cambio.
En el respeto a la dignidad de la persona: El respeto es la base de la convivencia. En esta escuela, cada persona, sin importar su origen, género o habilidad, es vista y tratada con total dignidad. Es un principio que permea el currículo, las interacciones y la cultura escolar.
En la convivencia ciudadana y democrática: La escuela es el primer espacio democrático para muchos niños. Aquí aprenden a debatir, a escuchar, a respetar las diferencias y a participar en la toma de decisiones. Es el lugar donde se ensayan los valores y habilidades esenciales para la vida en sociedad.

Una Propuesta Práctica para la Transformación

Para que esta visión no se quede en la teoría, el libro ofrece una propuesta de aplicación práctica, clara y detallada. Este plan de acción te guiará paso a paso para transformar tu escuela en un ecosistema de aprendizaje y ciudadanía. Desde pequeños cambios en las rutinas diarias hasta grandes proyectos institucionales, el libro te mostrará cómo cada decisión pedagógica y administrativa puede estar al servicio de la formación de ciudadanos comprometidos con el bien común. El anexo que acompaña a esta clave es un verdadero tesoro, un plan completo que te permitirá llevar la teoría a la práctica de una manera organizada y sostenible.

Link universal: "De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro."



domingo, 28 de septiembre de 2025

Clave 9: Supervisión escolar como asesoramiento y acompañamiento pedagógico a las instituciones educativas.

Clave 9: La Supervisión como Puente, no como Barrera

Históricamente, la palabra “supervisión” ha evocado imágenes de control y fiscalización. Sin embargo, el libro nos invita a repensar este concepto en su esencia más pura: la supervisión escolar como asesoramiento y acompañamiento pedagógico. La importancia y necesidad de este enfoque son cruciales en la actualidad. Una escuela que aspira a ser un espacio de aprendizaje y bienestar no puede ser evaluada o mejorada desde la distancia o con un enfoque punitivo. Se necesita una figura externa que actúe como un socio estratégico, un mentor que camine al lado de los educadores, no detrás de ellos. Esta clave nos propone un cambio de paradigma, donde el objetivo principal no es encontrar fallas, sino apoyar el crecimiento y generar un ecosistema de mejora continua.

Finalidades de la Intervención: Construyendo Confianza.

El éxito de este modelo de supervisión radica en sus finalidades, que se centran en la construcción de relaciones. La meta principal es generar una relación de confianza y respeto mutuo entre los asesores externos y los profesionales de la escuela. Cuando se percibe al supervisor no como un inspector, sino como un apoyo y un compañero de viaje, la resistencia desaparece y la colaboración florece. Además, este acompañamiento se enfoca en proporcionar retroalimentación formativa y específica. Esta retroalimentación se centra en la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje, proporcionando datos concretos y observaciones que ayuden a los docentes a perfeccionar su práctica diaria. Finalmente, el proceso busca establecer una comunicación fluida, transparente y abierta que permita tomar decisiones basadas en evidencias, creando un ciclo de mejora continuo.

Propuesta de Intervención: Principios Clave.

Para llevar a cabo este modelo, el libro propone una serie de principios específicos de intervención. Estos principios actúan como la brújula para los supervisores. La intervención debe ser sistémica, mirando a la escuela como un todo interconectado; debe ser diferenciada, adaptándose a las necesidades específicas de cada institución; y debe ser participativa, involucrando a todos los actores en el proceso. La propuesta del libro también incluye un anexo práctico, un plan de intervención detallado que te servirá de guía para aplicar estos principios. Este plan te proporcionará las herramientas necesarias para diseñar una intervención que sea tanto estructurada como flexible, asegurando que el proceso de acompañamiento sea efectivo y significativo.

El Rol del Supervisor: Un Catalizador de la Mejora.

En esencia, esta clave nos enseña que el rol del supervisor ha evolucionado. Ya no se trata de una figura de autoridad que controla, sino de un catalizador de la mejora. Es un rol que exige empatía, habilidades de comunicación y una profunda comprensión de los desafíos que enfrentan las instituciones educativas. El supervisor se convierte en un agente de cambio, ayudando a las escuelas a alcanzar su máximo potencial a través del apoyo, la guía y un acompañamiento constante. Este capítulo es un llamado a transformar la supervisión en una herramienta poderosa al servicio del aprendizaje y la innovación.

Link universal: De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.



 


viernes, 26 de septiembre de 2025

Clave 8: Ciclos de aprendizaje experiencial para la innovación sostenible y la mejora continua de la escuela.

 

Aprendiendo de la experiencia.

Si entendemos la escuela como un organismo vivo, los ciclos de aprendizaje experiencial son su pulso vital. Esta es la premisa central de la Clave 8: ir más allá de la enseñanza entendida como transmisión de contenidos para abrazar una metodología que hace posible la innovación sostenible y la mejora continua.

En un mundo que se transforma a gran velocidad, no basta con responder a los cambios: necesitamos anticiparnos, aprender a aprender y mantenernos en un movimiento constante que evite la rutina y el estancamiento. Como recordaba John Dewey, no aprendemos de la experiencia, sino reflexionando sobre la experiencia. Ese es, precisamente, el núcleo de esta clave.

Un ciclo de aprendizaje experiencial es un proceso iterativo y no lineal que permite profundizar en el conocimiento y perfeccionar la práctica con cada aplicación. No se trata de un camino individual, sino de un enfoque participativo que involucra a toda la comunidad educativa —directivos, docentes, estudiantes e incluso familias— en la identificación de un desafío, el diseño de soluciones y la evaluación de su impacto. Sus fases son claras y se suceden de manera natural: primero la experiencia concreta, donde se pone en práctica una acción nueva, por ejemplo, un método de evaluación formativa en el aula; después la reflexión observacional, que analiza lo que funcionó, lo que no y las razones de ello para realizar los ajustes pertinentes; a continuación la conceptualización abstracta, donde se extraen aprendizajes clave y se formulan hipótesis; y, finalmente, la experimentación activa, que nos permite aplicar lo aprendido en una nueva acción, reiniciando el ciclo y dándole más profundidad. De esta manera, el aprendizaje no se detiene nunca y la escuela mantiene un pulso constante de renovación.

El éxito de este modelo no depende de la infraestructura tecnológica ni de recursos extraordinarios, sino de la cultura escolar. Para que florezca, son necesarias ciertas condiciones: un ambiente de confianza donde el error se vea como fuente de información valiosa y no como motivo de sanción; un liderazgo facilitador, dispuesto a acompañar y a participar activamente en los procesos de cambio; y una mentalidad de crecimiento arraigada en la comunidad, que entienda que siempre es posible aprender y mejorar. Estas condiciones nos remiten a una visión de escuela más democrática y abierta, en la que la construcción de conocimiento es colectiva y el error se convierte en aliado del progreso. Como afirmaba Paulo Freire, educar es un acto de libertad, y el ciclo experiencial es una forma concreta de ejercerla.

Ahora bien, para sostener estos procesos es imprescindible cultivar tres actitudes esenciales: creer/querer, es decir, mantener la voluntad firme de alcanzar lo que consideramos fundamental; saber, que implica la disposición a aprender todo lo necesario para lograrlo, incluso cuando ello suponga cuestionar lo ya conocido; y poder, entendido como la capacidad real de generar las condiciones que hagan posible avanzar en la dirección deseada. Estas actitudes son universales y autónomas: ningún marco normativo o cultural puede impedirnos aprender de la experiencia y poner en marcha ciclos de mejora, aunque algunos contextos puedan facilitar más que otros su desarrollo.

En síntesis, esta clave nos recuerda que el camino hacia la escuela que soñamos no es un destino fijo, sino un viaje continuo. Cada vuelta al ciclo de aprendizaje experiencial nos acerca a una práctica más consciente y efectiva, y nos recuerda que la innovación verdadera nace de la combinación entre reflexión y acción. Al asumir este enfoque como parte de la vida escolar, no solo estamos construyendo una escuela mejor, sino también una sociedad más justa y preparada para los retos del futuro. Lo decisivo no es cuántas veces repetimos el ciclo, sino la profundidad de lo aprendido en cada aplicación. Cada curso, cada proyecto y cada experiencia compartida son oportunidades para dar un paso más en ese viaje colectivo hacia la educación que necesitamos.

Link universal: De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.