En el post anterior
resumíamos los pasos del “CICLO DE FORMACIÓN CONTINUA BASADA EN LA ESCUELA
PARA DOCENTES EN SERVICIO”. En esta ocasión nos vamos a referir a los talleres
se han desarrollado los días 2, 3, 4 y 5 de noviembre, también en Lima (Perú), donde
hemos seguido trabajando con el Ministerio de Educación. En concreto lo hemos
hecho con los responsables y especialistas de la Unidades de Gestión Educativa
Locales (UGEL), a los que agradecemos desde este espacio su participación y
colaboración.
Iniciamos el
trabajo reflexionando sobre el mundo en el que nos encontramos, pues siempre
nos motiva y ayuda a comprender mejor el propósito que buscamos en nuestra
tarea de lograr un mundo mejor, a través de la educación de todas y cada una de
las personas que conformamos este mundo. En esta ocasión, iniciamos con este
pensamiento que nos plantea Alvin Toffler:
“Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no
sepan leer y escribir … sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y
reaprender.”
Es decir que lo
aprendido hasta ahora, en alguna medida, debemos olvidarlo para aprender los
nuevos conocimientos y las lecciones que la ciencia y el mundo nos enseñan cada
día.
Con
el fin de seguir avanzando en el conocimiento del trabajo que se viene
haciendo, hoy queremos hacer una breve reflexión sobre la importancia que tiene,
para las instituciones educativas, identificar, y hacer explícitas, las
finalidades educativas; es decir, conocer el perfil de egreso que nos proponemos
alcanzar en cada estudiante al finalizar el último nivel de formación que
imparte cada escuela. En el caso de Perú, el referente general de perfil de
egreso se encuentra recogido en el decreto de currículo general para todo el
país, el cual debe de ser contextualizado por cada escuela, para que sea más
pertinente a cada estudiante. Además reflexionaremos sobre el autodiagnóstico
pedagógico como herramienta que nos permite identificar qué estamos haciendo para
alcanzar el perfil de egreso de nuestros estudiantes.
Y
todo ello porque consideramos esencial que las escuelas deberían tener
respuesta a algunas cuestiones como estas ¿Están explícitas las finalidades
educativas que persiguen?¿Conocen y trabajan a diario en sus prácticas, todos los
docentes de cada institución, para conseguir las finalidades que tienen
establecidas, buscando contribuir a la formación del perfil de egreso de sus
estudiantes? ¿Saben cuáles son las prácticas docentes que contribuyen de manera
efectiva a la consecución de sus finalidades educativas? ¿Conocen dónde se
encontran para poder tomar las decisiones oportunas en función de a dónde
queremos ir?
Estas
y muchas otras preguntas tratamos de responderlas en el desarrollo del ciclo de
formación continua que venimos desarrollando en Perú. La meta final es mejorar
la calidad de la educación, entendida como “la coherencia que debe existir
entre el perfil de egreso que decimos a los padres que vamos a conseguir, lo
que hacemos cada día en cada aula de clase para conseguirlo y lo que realmente
estamos alcanzando.”
La
primera fase del ciclo propone, que cada institución, haga explícito el perfil
de egreso, es decir que identifique las finalidades educativas que se propone
alcanzar al finalizar el último grado que imparte. Todo ello se debe realizar a
partir del perfil competencial establecido por el Ministerio de Educación para
todo el país, que, cada escuela, debe adecuar a su contexto particular.
En
un segundo momento, se procede a
realizar un autodiagnóstico de la práctica docente, es decir se trata de conocer
que estamos haciendo ya para lograr nuestros propósitos. Esta tarea se realiza
a través de una plataforma online en la que cada docente indica como realiza su
práctica docente, tomando como referencia el Marco del Buen Desempeño Docente (MBDD)
que el Ministerio de Educación ha establecido después de analizar la realidad
de las escuelas peruanas.
La
información que arroja el informe de autodiagnóstico tiene una doble finalidad.
En primer lugar nos muestra el nivel de acuerdo en las prácticas docentes
efectivas que existen en cada institución, para, a partir de esos datos,
elaborar un plan de mejora que nos permita alinear las acciones que debemos
realizar en función de los objetivos de formación que pretendemos para nuestro
alumnado. En segundo lugar, como resultado de los condicionantes que
manifiestan tener el profesorado para realizar sus tareas como docentes y los
resultados generales del nivel de frecuencia de prácticas docente efectivas, se
identifican fácilmente, las necesidades formativas que tiene el profesorado de
cada institución. Con todo ello, cada escuela, puede proceder a establecer un
plan de formación que dé respuesta a sus necesidades particulares.
El
plan de mejora pedagógica contempla un plan estratégico a corto medio y largo
plazo, pues entendemos que no es posible afrontar todos los retos a la vez y
necesitamos priorizar y temporizar las acciones con el fin de analizar con
rigor y de acuerdo con los aportes de la ciencia, aquellas prácticas que
queremos mejorar.
La
forma en la que concretamos las acciones de mejora es elaborando pautas de
trabajo común, es decir estableciendo acuerdos metodológicos que nos ayuden a
alinear nuestra práctica docente, para el logro de nuestras finalidades
educativas, y, a partir de lo que ya hacemos, y tomando como referencia el
MBDD, en el caso de Perú, elaboramos las pautas metodológicas de una práctica
educativa, que finalmente adoptaremos individualmente en nuestra tarea docente.
Todo
lo anterior está dicho en trazo grueso, pues en el desarrollo de estos pasos se
aportan evidencias y conocimientos que harían excesivamente larga esta breve
reflexión.
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