Con frecuencia los profesores nos afanamos por lograr
objetivos educativos que nos dicen, la norma o los superiores jerárquicos, que
son esenciales y necesarios para los alumnos. También suele suceder que, una
vez dentro de nuestro aula, condicionados por las interacciones, necesidades e
intereses de nuestro alumnado y nuestra preparación para impartir las clases,
nos vemos ante la necesidad de realizar aquello que realmente todas esas
circunstancias nos permiten.
Ese trabajo constante con el alumnado, para desarrollar los
programas y conseguir los objetivos o logros que se nos proponen, puede impedir que reflexionemos lo suficiente
la función que desarrollamos y lo que realmente estamos enseñando y logrando con nuestro
alumnado.
Por otro lado, la escuela actual, en general, está anclada
en un modelo más próximo al modelo de producción en serie que a una escuela
para la sociedad del conocimiento. Por tanto considero fundamental, someter a
revisión crítica nuestra práctica docente, para tomar conciencia del papel que
deberíamos jugar en la escuela del futuro. De lo contrario podemos seguir
alimentando intereses y voluntades, no siempre explícitas y que no participan
del interés general y la defensa de los derechos humanos.
Ahora que, en España y algunos otros países, tenemos que hacer revisión de nuestros propósitos, programaciones, planificaciones, para el nuevo curso escolar que se inicia, no estaría de más, ir más allá de revisar el currículum y plantearnos el sentido más profundo que debe tener nuestra labor como educadores al servicio del ser humano, la sostenibilidad del planeta y el trabajar por un mundo más justo, pacífico y de equidad para todos. Seguramente pocos profesionales como nosotros tienen en sus manos algo tan sensible y tan importante como lo es nuestro alumnado, es decir los responsables del futuro de la humanidad.
Ahora que, en España y algunos otros países, tenemos que hacer revisión de nuestros propósitos, programaciones, planificaciones, para el nuevo curso escolar que se inicia, no estaría de más, ir más allá de revisar el currículum y plantearnos el sentido más profundo que debe tener nuestra labor como educadores al servicio del ser humano, la sostenibilidad del planeta y el trabajar por un mundo más justo, pacífico y de equidad para todos. Seguramente pocos profesionales como nosotros tienen en sus manos algo tan sensible y tan importante como lo es nuestro alumnado, es decir los responsables del futuro de la humanidad.
En el siguiente enlace de la UNESCO, puedes encontrar
referentes de gran interés para la reflexión.
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