Para mejorar la formación inicial y permanente de los docentes, el profesor y codirector de la Cátedra Escalae de Innovación Educativa de la Universidad de Málaga, plantea que es necesitamos repensar, cuáles deben ser las finalidades de la educación en este mundo tan dinámico, interconectado y global, estableciendo qué habilidades deben tener los profesionales docentes para lograr los objetivos que se proponen que alcancen los estudiantes. Para este autor el mejor sistema de formación docente se produce a partir de la reflexión crítica y sistemática sobre la práctica, retroalimentada por el conocimiento que la comunidad científica aporta, en cada momento y contexto, relación con la materia y la forma en la que se debe enseñar y aprender.
El contexto actual
Vivimos en un mundo, en el que como propone Bauman en su dilatada obra, ya nada es permanente, duradero y firme (sociedad sólida), sino que todo se ha vuelto fugaz, cambiante e inconsistente (sociedad líquida). En cuanto a la educación no es necesario decir que ya no tiene sentido el lanzar conocimientos a los estudiantes para que e`stos los adquieran, pues el aprendizaje bancario tan criticado por Freire, hace mucho dejó ser útil a las personas y a la sociedad, ya que hoy las necesidades formativas deben dirigirse al desarrollo y adquisición de habilidades, competencias básicas que implican desarrollo de capacidades humanas que permitan a los individuos vivir y dar la respuesta adecuada a un mundo de cambios vertiginosos y lleno de incertidumbres.
Por otro lado, en ese contexto, la búsqueda de respuestas a la formación profesional del docente nunca fue tan dinámica y estuvo tan necesitada de ser a lo largo de la vida, por lo que adquirió la gran importancia que ahora tiene. Las causas de todo ello tendríamos que buscarlas, además de lo anteriormente dicho, en los estudios internacionales sobre el profesorado como TALIS (Teaching and Learning International Survey), las evaluaciones internacionales como PISA (Programme for International Student Assessment), y otras pruebas como LLECE, TIMM, PIRLS, etc.
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Si volvemos a tener un Estado que incluya, la Escuela tiene un rol fundamental como representante en los barrios, tiene que correrse de su tradicional y cómodo lugar reproductor, para posicionarse como agente transformador. Para ello tiene que empezar a discutir hacia adentro qué rol quiere tener y cómo llevarlo a cabo, cuáles son los cimientos de esta sociedad colonizada que hay que deconstruir. Es tiempo de que empecemos a discutir la escuela y el rol docente. Ellos lo están haciendo y van ganando terreno desde la meritocracia, las neurociencias, el emprendedurismo... No podemos seguir intentando leer sus movimientos y descubrir lo que ya sabemos que quieren hacer, mercantilizar la educación, comercializar las relaciónes sujeto-objeto, cuerpo-mente, hombre-naturaleza, ser-saber, etc, etc. Es hora de que la agenda la escribamos nosotros desde la Escuela, desde la academia, desde la calle, poniendo a jugar todo lo que tenemos, redactando desde un Convenio Colectivo de Trabajo hasta nuevos planes de estudio, nuevas planificaciones, donde el saber circule en todas las direcciones posibles, sin miedo de perder el control, preguntándonos y repreguntándonos cuáles son las bases sobre las que se sustenta nuestra forma de construir conocimiento, sobre qué ejes queremos reconfigurarnos? A caso es posible transformar la escuela sin deconstruir primero los basamentos ideológicos de la ciencia moderna? Solo si nos animamos a romper esas estructuras y somos capaces de escribir un nuevo proyecto educativo transformador desde los lugares mas simples, desde las entrañas calientes latinoamericanas, cargando de sentidos al saber, haciendo honor al mestizaje que conformamos, estaremos a la altura de las circunstancias. Sino dejaremos pasar otra oportunidad, a sabiendas de lo que cuesta generarlas.
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