Para que el
desarrollo de estas sesiones de formación tuviera el éxito esperado, como en
tantas otras ocasiones, se contó con la mejor disposición y un gran sacrificio
de tiempo y esfuerzo por parte de los docentes participantes, pues fueron tres
largas jornadas de trabajo, viernes, sábado y el domingo hasta bien pasado el
medio día. Además, algunos de ellos tenían que realizar largos desplazamientos
desde sus lugares de origen, lo cual implicaba alargar aún más la jornada laboral.
Esta actividad se
inscribe en la línea de actuación que viene llevando a cabo el Ministerio de
Educación (M.E.), en educación inicial, primaria y secundaria, en una dirección
que consideramos que es la acertada, además de ser realmente ilusionante y esperanzadora; sobre todo, porque se
propone contar con la opinión, la contribución y el compromiso de los docentes.
En ese sentido, el M.E. ha decidido, entre otras acciones, potenciar “la
formación de los docentes que están en servicio”, con el fin de atender las
necesidades formativas en función de cada contexto, una medida que podrá
reportar grandes beneficios a las escuelas al ofrecer soluciones de actuación
ajustadas a cada institución, y por tanto pertinentes a las necesidades
particulares de sus estudiantes.
Para que la
formación fuera lo más efectiva posible, los talleres tuvieron un carácter
teórico práctico, es decir no solo se estudiaron las bases teóricas de esta
propuesta innovadora de calidad de la práctica docente, sino que además, se realizaron
ejercicios prácticos de cada una de las fases del proceso de mejora continua,
lo cual permitió a los docentes “aprender haciendo” a través de dinámicas de
grupo similares a las que tendrán que realizar en sus respectivas centros de
trabajo y escuelas.
La formación
basada en la escuela se fundamenta en dos referentes:
- Una serie de principios fundamentados en el conocimiento científico sobre cómo aprendemos las personas, en formato de protocolos, guías y manuales en el marco del trabajo colegiado.
También es
importante señalar que se toma como modelo de calidad educativa, no los resultados de las evaluaciones
internacionales, sino la coherencia entre la formación que cada institución
educativa promete que alcanzará cada estudiante al finalizar su formación, lo
que se hace realmente en cada aula para conseguirlo y los resultados que
finalmente se alcanzan. Por tanto estamos ante un concepto de calidad educativa
más cercano y realista a las necesidades y demandas de cada comunidad educativa.
Por otro lado, es
importante recordar, que esta propuesta de formación hunde sus raíces en una
larga investigación y experimentación sobre cómo se puede mejorar el proceso de
enseñanza aprendizaje y, en general, sobre la calidad de la práctica docente,
la cual pone de manifiesto que para lograr un proceso de enseñanza aprendizaje
adecuado a cada escuela, y a todos sus estudiantes, se necesita establecer una
serie de acciones sistemáticas, que nos permitan actuar de modo coherente y
adecuado a los fines que persigue cada institución, a través de un proceso de
mejora continúa de sus prácticas pedagógicas. Por tanto el objetivo de esta
propuesta es innovar y asegurar la mejor calidad posible de todos los procesos
que ocurren dentro del las aulas, mediante la implementación de cinco fases que,
de manera muy resumida, se podrían recoger así:
En un primer
momento, será necesario crear las condiciones, es decir sensibilizar a los docentes de la importancia y la necesidad de
trabajar juntos para conseguir los mismos objetivos en nuestro alumnado. Solo
así nos garantizamos que todas las acciones y proyectos que se llevan a cabo en
las instituciones educativas tienen sentido y contribuyen a lograr el perfil de egreso que la comunidad
educativa ha decidido que debemos conseguir. Hacer tomar conciencia a todos los
docentes de cada escuela de las características formativas, las competencias,
los valores, etc., que deben alcanzar los estudiantes al finalizar sus
estudios, será imprescindible; en definitiva, conocer cuál es el modelo de persona que la
institución quiere lograr, para construir una sociedad más pacífica, justa y
solidaria, supone un primer paso esencial para organizar los esfuerzos
colectivos en la dirección correcta.
Para conseguir
este primer objetivo debemos preguntarnos cuál es el perfil de egreso que tenemos en cada institución educativa. Y la
mejor manera de concretarlo será realizando una revisión de los proyectos y
documentos en los que tenemos plasmadas las finalidades educativas de cada institución.
En una segunda
fase se utiliza un instrumento de autodiagnóstico
online para analizar la práctica docente,
el cual nos permite conocer el grado de acuerdo, el dónde estamos, en las acciones
de aula, que práctica cada profesor, de cada etapa educativa en función del
Marco del Buen Desempeño Docente.
El tercer paso, a
partir de los resultados obtenidos en el autodiagnóstico, es decir una vez
conocidas nuestras fortalezas y debilidades, se elaborará un Plan de Mejora Pedagógica, con el fin
de establecer las acciones a llevar a cabo en el corto, el medio y el largo
Plazo.
En la cuarta
fase, se diseñarán e implementarán Pautas
de Trabajo Común, que son elaboradas con las aportaciones y la colaboración
de la totalidad de los y las docentes de cada institución, constituidos como comunidades de aprendizaje profesional.
Pautas que se pueden definir como “un
documento técnico de trabajo que permite a un colectivo docente acordar una
serie de procedimientos sobre la práctica educativa, con la finalidad de darle
consistencia al proceso de enseñanza en función del aprendizaje que se quiere
conseguir.” En ese sentido,
consideramos esencial que todos tengan altas expectativas y que estas se vean
acompañadas y sean desarrolladas de acuerdo a un enfoque que garantice una
practica docente que tiene como elemento central la formación de los docentes
en servicio; pues el mejor modelo de
formación continua, creemos que es, aquel que forma al profesorado para dar
respuesta a las demandas y necesidades particulares del alumnado de cada
institución.
La quinta y última
fase consiste en realizar un balance
anual de lo avanzado en las propuestas del Plan de Mejora Pedagógica, para
tomar las decisiones pertinentes y reconocer las mejoras en la práctica docente
implementadas. De ese modo se trabaja en un ciclo de mejora permanente basado
en la práctica de cada escuela, institución o centro educativo, y que cada año
revisa y ajusta el Plan de Mejora para atender las necesidades que la reflexión
y valoración de los resultados nos brindan.
Naturalmente, la
complejidad del proceso exige un asesoramiento y acompañamiento que desde el
Ministerio de Educación tienen organizado y previsto para que las instituciones
que ahora comienzan la andadura, tengan la garantía de avanzar en un trabajo
colaborativo, no solo con el Ministerio de Educación, sino también en
cooperación con los profesionales de las diferentes instituciones. Además
existe, por parte de la administración educativa, el compromiso de revisar y ajustar las
condiciones y organización de las instituciones educativas, con el fin de
encontrar la mejor solución posible en cada caso, para que existan tiempos y
espacios para que puedan llevarse a cabo todos los procesos y tareas que esta
propuesta de mejora exige.
Para facilitar el
diálogo y las interacciones de los participantes y ponentes en el desarrollo de
las jornadas de formación, se organizaron en tres grupos de trabajo que fueron
atendidos por los ponentes: Federico Malpica, Director General del Instituto
Escalae, Valentí Feixas, Responsable de Escalae System y Pedro Navareño, Consultor
Senior de Escalae.
Desde este espacio
y este foro, queremos agradecer la oportunidad de compartir conocimientos y
experiencias con los docentes que asistieron al encuentro por su gran
profesionalidad, su atención, sus valiosas aportaciones, su trabajo y su colaboración
generosa en el desarrollo de los talleres, pues ellos fueron los protagonista y
dieron sentido a los tres días de trabajo intenso que compartimos. Pero sería
injusto no destacar las palabras de agradecimiento y reconocimiento que, un
gran número de ellos, nos manifestaron al finalizar el taller. Palabras y
gestos que no solo hablan de su calidad como personas, sino que además producen
la más alta satisfacción personal y profesional que se puede recibir.