lunes, 20 de diciembre de 2010

Rinkeby Por Mario Vargas Llosa







Todos tenemos la obligación de educar, porque todos educamos consciente o inconscientemente, y los que tienen más influencia lo hacen mucho más.

Mario Vargas Llosa es un buen ejemplo.

Un colegio de un barrio del sur de Estocolmo es el espejo de lo que debería ser la sociedad humana. En él conviven niños que hablan 19 idiomas distintos y proceden de un centenar de países.

 La filosofía que impregna la escuela de Rinkeby cabe en una palabra: tolerancia
Hay que empezar con los niños. Es la manera más segura de conseguir que más tarde vivan en paz.

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