martes, 12 de junio de 2012

PRINCIPIOS PARA UNA ESCUELA INCLUSIVA EN EL SIGLO XXI

Acaban de publicarme un artículo sobre la escuela inclusiva. Podéis leerlo en la revista "Avances en Supervisión Educativa" de ADIDE, la federación estatal de la Asociación de Inspectores de Educación de España.

 RESUMEN
Es nuestro propósito, en este trabajo, hacer una breve reflexión en voz alta, a medio camino entre la teoría y la práctica educativa, retroalimentada por el conocimiento acumulado en esta materia, sobre cuál es la situación actual de la organización escolar y cuáles podrían ser las condiciones, prácticas y principios para una escuela inclusiva en el siglo XXI, y por tanto, qué características debería cumplir una nueva organización escolar para dar respuesta a la sociedad del siglo que acabamos de iniciar. 
1.- INTRODUCCIÓN.
En un contexto de cambio permanente como en el que nos encontramos,  en el que lo único seguro es la incertidumbre de un mundo impredecible, y en el que, por otro lado, la historia de las últimas décadas ha puesto de manifiesto que el éxito final no se puede asentar en el beneficio de unos pocos, sino que debe hincar sus raíces en la inclusión social, la dignidad, la equidad y en un mundo sostenible, como única forma de alcanzar un futuro mejor para todos.
Así pues, para contextualizar nuestra aportación, partimos de un sencillo análisis de cuál es la situación de la sociedad en los inicios del siglo XXI y cuáles son sus demandas educativas, es decir hacía donde deberíamos caminar para ganar el futuro y lograr una sociedad más justa, más sostenible, de libertad y en paz.
En segundo lugar, hacemos un breve análisis de la organización escolar, la cual no deja de ser un subsistema que está inmerso en los valores y la cultura de cada sociedad. Además de ser fruto de la tradición, del momento histórico  y del contexto en el que, en cada caso, se desarrolla.
Esta organización escolar en la actualidad responde más a las necesidades de una tradición cultural y de la concepción de una sociedad industrial que de una sociedad del conocimiento y global como la que tenemos en estos momentos; la cual está sometida a cambios vertiginosos que, en muchas ocasiones, son imperceptibles para nuestros sentidos, aunque somos partícipes de ellos y contribuimos a su desarrollo, transitando por caminos que unas minorías dominantes, sabedoras de nuestros intereses y necesidades, diseñan en su propio beneficio más que pensando en la construcción del bien común.
En tercer lugar, nos proponemos reflexionar sobre cuáles son las prácticas y principios que debería tener un modelo de organización escolar inclusiva para el siglo XXI. Teniendo en cuenta que en las últimas décadas del siglo XX, la sociedad ha conocido cambios extraordinarios en todos los ámbitos, consecuencia de una presencia desconocida hasta entonces de las “tecnologías de la información y la comunicación”, que han venido a revolucionar todos los ámbitos del saber, de la economía, de la sociedad, de la cultura y de la política. Y, aún más, están operando cambios e interacciones difíciles de valorar por no conocer muy bien las consecuencias  de su uso y aplicación.
Finalizaremos con unas breves conclusiones sobre todo lo expuesto.

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