viernes, 26 de septiembre de 2025

Clave 8: Ciclos de aprendizaje experiencial para la innovación sostenible y la mejora continua de la escuela.

 

Aprendiendo de la experiencia.

Si entendemos la escuela como un organismo vivo, los ciclos de aprendizaje experiencial son su pulso vital. Esta es la premisa central de la Clave 8: ir más allá de la enseñanza entendida como transmisión de contenidos para abrazar una metodología que hace posible la innovación sostenible y la mejora continua.

En un mundo que se transforma a gran velocidad, no basta con responder a los cambios: necesitamos anticiparnos, aprender a aprender y mantenernos en un movimiento constante que evite la rutina y el estancamiento. Como recordaba John Dewey, no aprendemos de la experiencia, sino reflexionando sobre la experiencia. Ese es, precisamente, el núcleo de esta clave.

Un ciclo de aprendizaje experiencial es un proceso iterativo y no lineal que permite profundizar en el conocimiento y perfeccionar la práctica con cada aplicación. No se trata de un camino individual, sino de un enfoque participativo que involucra a toda la comunidad educativa —directivos, docentes, estudiantes e incluso familias— en la identificación de un desafío, el diseño de soluciones y la evaluación de su impacto. Sus fases son claras y se suceden de manera natural: primero la experiencia concreta, donde se pone en práctica una acción nueva, por ejemplo, un método de evaluación formativa en el aula; después la reflexión observacional, que analiza lo que funcionó, lo que no y las razones de ello para realizar los ajustes pertinentes; a continuación la conceptualización abstracta, donde se extraen aprendizajes clave y se formulan hipótesis; y, finalmente, la experimentación activa, que nos permite aplicar lo aprendido en una nueva acción, reiniciando el ciclo y dándole más profundidad. De esta manera, el aprendizaje no se detiene nunca y la escuela mantiene un pulso constante de renovación.

El éxito de este modelo no depende de la infraestructura tecnológica ni de recursos extraordinarios, sino de la cultura escolar. Para que florezca, son necesarias ciertas condiciones: un ambiente de confianza donde el error se vea como fuente de información valiosa y no como motivo de sanción; un liderazgo facilitador, dispuesto a acompañar y a participar activamente en los procesos de cambio; y una mentalidad de crecimiento arraigada en la comunidad, que entienda que siempre es posible aprender y mejorar. Estas condiciones nos remiten a una visión de escuela más democrática y abierta, en la que la construcción de conocimiento es colectiva y el error se convierte en aliado del progreso. Como afirmaba Paulo Freire, educar es un acto de libertad, y el ciclo experiencial es una forma concreta de ejercerla.

Ahora bien, para sostener estos procesos es imprescindible cultivar tres actitudes esenciales: creer/querer, es decir, mantener la voluntad firme de alcanzar lo que consideramos fundamental; saber, que implica la disposición a aprender todo lo necesario para lograrlo, incluso cuando ello suponga cuestionar lo ya conocido; y poder, entendido como la capacidad real de generar las condiciones que hagan posible avanzar en la dirección deseada. Estas actitudes son universales y autónomas: ningún marco normativo o cultural puede impedirnos aprender de la experiencia y poner en marcha ciclos de mejora, aunque algunos contextos puedan facilitar más que otros su desarrollo.

En síntesis, esta clave nos recuerda que el camino hacia la escuela que soñamos no es un destino fijo, sino un viaje continuo. Cada vuelta al ciclo de aprendizaje experiencial nos acerca a una práctica más consciente y efectiva, y nos recuerda que la innovación verdadera nace de la combinación entre reflexión y acción. Al asumir este enfoque como parte de la vida escolar, no solo estamos construyendo una escuela mejor, sino también una sociedad más justa y preparada para los retos del futuro. Lo decisivo no es cuántas veces repetimos el ciclo, sino la profundidad de lo aprendido en cada aplicación. Cada curso, cada proyecto y cada experiencia compartida son oportunidades para dar un paso más en ese viaje colectivo hacia la educación que necesitamos.

Link universal: De la escuela que venimos a la que soñamos. El crisol de las emociones de un aprendiz de maestro.




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